El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, se dio un “baño de pueblo” este jueves en la comunidad La Cecilia, en Guantánamo, como parte de sus acciones de limpieza de imagen de la dirigencia del régimen de cara a la Marcha Cívica por el Cambio, convocada para el lunes 15 de noviembre (15N) por la plataforma Archipiélago y activistas de la sociedad civil independiente.
De la visita de Díaz-Canel a La Cecilia dieron cuenta los medios oficialistas, en reportes que intentaron consagrar una supuesta cercanía de la cúpula del poder político en la isla al pueblo, así como una preocupación constante de la pretendida “revolución” a las necesidades y demandas populares.
El Canal Caribe reseñó que el también primer secretario del Comité Central del Partido Comunista acudió al poblado de cerca de mil habitantes “para conocer, en la voz de sus pobladores y sus autoridades, las transformaciones sociales y constructivas que vive este antiguo central azucarero”.
“Todo este esfuerzo que estamos haciendo en los barrios tiene que partir de lo que ustedes propongan. Sabemos que tenemos problemas acumulados y que todos no los podemos resolver de golpe, pero ustedes van dando las prioridades y lo van conversando con sus delegados del Poder Popular”, dijo Díaz-Canel a los pobladores de La Cecilia que le rodearon y vitorearon.
En sus palabras, el cuestionado mandatario, que convocó a los simpatizantes del gobierno a enfrentar a los manifestantes pacíficos del 11 de julio en las calles y ha justificado en retiradas ocasiones la represión a la disidencia y la inercia política del régimen, intentó dar apariencia de democracia y participación ciudadana en el funcionamiento cotidiano del sistema político vigente en Cuba.
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Mientras conversaba con las masas y lanzaba las promesas de siempre de que los problemas del pueblo se resolverán con su voluntad y participación, activistas, periodistas independientes y miembros de la sociedad civil estaban siendo citados por la Seguridad del Estado o amenazados en redes sociales para evitar su participación en la marcha cívica del 15N.
Díaz-Canel recorrió la escuela primaria, el consultorio médico, la farmacia, bodega, panadería y casas de familia de La Cecilia, un batey a seis kilómetros de la capital guantanamera que arrastra problemas desde hace años como el de la vivienda y el drenaje.
Según los reportes oficialistas, son problemas “en los que se trabaja”. La empresa Guanco construye desde septiembre 47 casas para pobladores que residen en zonas susceptibles de inundaciones, como parte de un plan de construcción de 106 viviendas.
En su baño de pueblo, Díaz-Canel se interesó también por el reinicio del curso escolar y el avance de la vacunación en el territorio. Refirió ambos hechos como “logros revolucionarios” frente a adversidades como la pandemia y el embargo estadounidense, y no como obligaciones o bienes públicos que todo gobierno debe proveer.