El destacado director de cine Fernando Pérez atacó la manipulación del régimen cubano que niega el estallido social del pasado 11 de julio y lo califica solo como “disturbios” o “vandalismo”. Además pidió que no hubiese más represión contra el que pensara distinto en la isla.
“Cuando el 27 de noviembre un grupo de jóvenes artistas se reunió frente al Mincult y surgió el 27N dije y luego escribí: “En esta acción pacífica percibo el inicio de un nuevo lenguaje que le hace falta a la cultura cubana y a este país”, empezó diciendo el intelectual cubano en una entrevista al portal OnCuba. La misma ha sido replicada por disímiles artistas cubanos en sus redes sociales.
“Ese nuevo lenguaje reclama libertad de expresión, inclusividad, derecho al disenso, participación activa de una sociedad civil plural y diversa. Ha pasado el tiempo y las puertas han continuado cerradas: sus voces no encontraron espacios, sino desconfianza, linchamientos mediáticos, “manotazos”, silencio”, añadió.
“Cuando el 11 de julio muchos de esos jóvenes artistas y cineastas (los conozco, sé lo que piensan y con ellos comparto su actitud contestataria) se plantaron pacíficamente frente al ICRT para plantear, una vez más, su derecho a ser escuchados, ese acto es para mí el símbolo de la temperatura de muchos sectores en Cuba hoy: NO más exclusión, NO más inmovilismo, NO más represión ante el que piensa diferente”, siguió diciendo.
“El problema no está en las redes, donde estos jóvenes encuentran un espacio que aquí les niegan, sino en unos medios cerrados que informan un solo discurso y nunca la diversidad en la que nuestra realidad se forja. Por eso hoy sí hay un estallido social y no solo “disturbios” o “vandalismo”, continuó.
“Quiero una Cuba independiente, soberana, sin injerencias extranjeras, pero una Cuba como la expresó Daniel Romero interpretando al joven Martí en “El ojo del canario”: una Cuba inclusiva, con el derecho a la palabra, al pensamiento libre y el respeto a la libertad individual”, agregó.
“La construcción de ese país tiene que ser a través del consenso y no de la violencia y la represión. Una Cuba en la que la tranquilidad y la unidad tengan que ser preservadas con las calles en manos de las tropas especiales, será una Cuba rota”, concluyó el cineasta.