El periódico oficialista Juventud Rebelde publicó en enero la inquietud de una familia cubana desamparada gracias a la Tarea Ordenamiento; las respuestas estatales al caso no abarcan medidas contra el maltrato del que han sido víctimas por parte los de trabajadores sociales.
Frank Ernesto Delgado Echemendía, quien reside en la calle Mirto No. 186, entre Madrigal y Cabrera, reparto Escribano, en la ciudad de Sancti Spíritus, relató que tiene un hijo de 30 años que cuando nació presentó una hipoxia, y ello le provocó retardo mental y discapacidad para hablar y comunicarse.
Su esposa no trabaja pues se dedica a cuidar a su hijo. Este cubano de Sancti Spíritus nunca pidió ayuda al gobierno pues siempre trabajó para mantener a su familia; pero actualmente está enfermo. Delgado Echemendía padece "un síndrome nefrótico crónico", que lo ha llevado a estar ingresado incluso por un mes, y nunca ha buscado apoyo del gobierno.
Más ahora cuando con su salario no puede mantener dignamente su hogar, los trabajadores sociales de su municipio maltrataron a su esposa que fue en búsqueda de la ayuda que el régimen dice ofrecer para que nadie quede desamparado.
Delgado Echemendía trabaja como agente de seguridad y protección en una agencia del Ministerio de la Construcción; pero su médico le informó que la enfermedad será progresiva.
En el espacio Acuse de Recibo del medio estatal aparece la solución dada por Belkis Delgado Cáceres, directora de Prevención, Asistencia y Trabajo Social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
La directiva dijo que en esa provincia se analizó la situación de la familia. Al respecto JR publicó: “se constató que el núcleo familiar se encuentra integrado por cuatro personas: Frank, de 50 años, que labora como custodio en una Agencia del Ministerio de la Construcción, con un salario de 2 660 pesos; la esposa, de 49 años y ama de casa, una hija estudiante de Medicina que recibe un estipendio de 200 pesos, y el hijo de 30 años, con retraso mental ligero que realiza trabajos informales de mensajería y venta de artículos”.
Luego del supuesto análisis, que arrojó que la familia no puede cubrir los gastos de la canasta de alimentación y los servicios básicos, se determinó entregar durante seis meses una ayuda temporal de 800 pesos.
Además, sostiene que se busca una opción laboral para el joven discapacitado.
“Agradezco la atención y solución buscada por la Dirección de Trabajo y Seguridad Social del municipio, pero lamento que en esta carta no se haya abordado la pésima actitud e insensibilidad de esos trabajadores sociales, ni las medidas adoptadas con ellos, en un momento en que toda Cuba es muy sensible al celo con que hay que tratar a las personas necesitadas”, escribió el diario.
Pese a estas soluciones que tampoco solucionaran el problema debido al alto costo de la vida en Cuba y a la escasez generalizada de alimentos y productos; desde el Ministerio de Trabajo no se aplicaron medidas contra la insensibilidad y el maltrato de los trabajadores sociales, cuyo fin es ayudar a los desprotegidos.
Ante la petición de ayuda de la esposa de Frank, que es también una mujer enferma, la respuesta de los trabajadores sociales fue: “Que no tenía derecho a nada. Que mi hijo no tiene nada, y mi esposa lo que no quería era trabajar. Que se pusieran ambos a trabajar, que yo trabajaba y con mi salario alcanzaba", contó el hombre.
"Tenemos los papeles para demostrar todo. Se los presentamos a los trabajadores sociales y ni los miraron. Nos dolió la forma en que trataron a mi hijo, a quien solo hay que verlo y tratar de conversar con él para darse cuenta de todo", continúo.
En el marco de 180 días que comienzan en el mes de febrero, Frank podrá adquirir algunos productos con 800 pesos adicionales; pero la vejación y la indolencia quedarán impunes.