'Granma' quiere que moderados se radicalicen a favor del régimen

El texto, firmado por el profesor, Ernesto Estévez Rams, no concibe la existencia de varias posturas políticas que adversen al poder imperante en la isla
'Granma' quiere que moderados se radicalicen a favor del régimen
 

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El periódico 'Granma', órgano oficial del Partido Comunista, publicó este 29 de diciembre un controversial artículo donde llama a los moderados y centristas cubanos, a radicalizarse, pero en favor del régimen.

El texto, firmado por el profesor, Ernesto Estévez Rams, no concibe la existencia de varias posturas políticas que adversen al poder imperante en la isla.

Para el académico de la Universidad de La Habana, todas las disidencias caben en el mismo saco de 'contrarrevolucionarios'.

Según explicó, aquellos que piden reformas para el país, moderadamente al centro, solo quieren el retorno al "capitalismo colonizador, que, en Cuba, necesariamente seguirá a una derrota de la Revolución".

De acuerdo con Estévez Rams, los discursos que se oponen a la llamada 'revolución', son estrictamente contrarrevolucionarios, ese peligroso término que utilizan para criminalizar y estigmatizar la diversidad de pensamiento.

"Habrá que recordarle al moderado que Cuba es una nación fundada sobre la radicalidad de Martí, de Mella, de Guiteras, de Fidel, y a esa radicalidad revolucionaria nos debemos con los humildes, por los humildes y para todos los humildes de este planeta. Y que, contrario a las prédicas conciliadoras, frente al imperio que amenaza con taparnos el sol con sus garras, este pueblo radical, si es necesario, en vez de rendirse, seguirá peleando a la sombra", concluye el vocero castrista.

También el 30 de diciembre, Enrique Ubieta, histórico funcionario del régimen cubano, señaló en su último texto que uno de los pilares de la democracia, el pluralismo político, genera ahora lo que él llama "violencia capitalista".

El panfleto publicado en el periódico Granma, centra sus críticas a una "Articulación Plebeya", que se redactó a finales de noviembre tras los sucesos de San Isidro y el Ministerio de Cultura, contando con más de 500 firmas.

En esencia, los intelectuales y demás profesionales firmantes, pedían diálogo como mecanismo para resolver los problemas de la isla, y rechazaron "cualquier acción violenta y represiva, y reivindicamos el respeto a los espacios de diálogo dentro del marco de las leyes y la Constitución".

Ubieta lanza una amenaza solapada, entre líneas, contra aquellos que adversan, incluso pacíficamente, al gobierno de la isla.

"En Cuba no hay ni habrá cacerías de brujas. Tampoco impunidad. Los cubanos respetamos a quienes defienden criterios discrepantes de forma honesta. No son enemigos. Dialogamos, debatimos, confrontamos. Pero décadas de enfrentamiento al imperialismo nos han enseñado a descubrir la doble moral enemiga, la piel de oveja sobre el cuerpo del lobezno. Al final, este siempre salta", escribió.

 

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