Sumidos en una profunda escasez de los medicamentos más básicos desde hace más de un año, el régimen cubano se empeña en desarrollar cuatro vacunas contra la COVID-19.
Se trata de las Soberana 01 y 02, Mambisa y Abdala, sí, esos son sus nombres.
Sobre la crisis de medicamentos en la isla, hasta el propio oficialismo lo ha reconocido.
En junio, BioCubaFarma, encargada de elaborar estos productos, declaró 87 medicamentos en falta de 349 que debería tener, es decir, un 25% de desabastecimiento.
"Aunque los resultados de esta industria constituyen una realidad incuestionable, también hay que reconocer que cuando se analiza la producción y distribución de medicamentos a través de los años, se observa una fluctuación en los niveles de abastecimiento, con situaciones críticas en algunos periodos", declaró a Granma el doctor Eduardo Martínez Díaz, presidente del grupo empresarial BioCubaFarma.
También explicó que debido a la pandemia de COVID-19 se vio afectada la obtención de materias primas, que aunque ya pagadas, se quedaron en las fábricas y puertos cuando se cerraron las fronteras en muchos países.
"Las causas fundamentales del desabastecimiento de medicamentos están dadas por elementos objetivos relacionados con la disponibilidad de materias primas, piezas de repuesto y otros materiales", reconoció el galeno.
Los grupos de medicinas más afectadas han sido las farmacológicas: antiasmáticas, los antihipertensivas, los antibióticos orales, los antialérgicos, los antiglaucomatosos, los antivirales, los dermatológicos, los diuréticos, los escabicidas/pediculicidas, los sedantes y ansiolíticos, los antiácidos/antiulcerosos, la insulina y otros agentes antidiabéticos, los antisicóticos, los modificadores de la coagulación y los antitrombóticos.