El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel anunció este 10 de diciembre que a partir del 1 de enero comenzará la reunificación monetaria y cambiaria, por lo que dejará de circular el CUC, una de las medidas económicas más esperadas por los cubanos.
Con la estampa vigilante de Raúl Castro, que opacó y casi pone nervioso al "presidente" cubano durante la transmisión, la alta jefatura del régimen subrayó que el cambio único será de 24 pesos cubanos por dólar y que darán más información sobre los pasos a seguir a partir de ahora.
Díaz-Canel recordó que la unificación monetaria no resolverá los graves problemas de Cuba, pero aseguró que es un "primer paso indispensable" en el logro del "desarrollo continuo" que la Revolución promete a los cubanos.
La largamente pospuesta unificación monetaria consistirá en la desaparición del peso convertible o CUC, creado en 1994 y equivalente al dólar, lo que dejará al peso cubano (CUP), equivalente ahora mismo a 4 céntimos de dólar, como la única moneda local.
Uno de los sectores más golpeados por está unificación será el de las empresas estatales. Allí la tasa de cambio entre CUP, CUC y dólar es paritaria 1:1:1, mientras para el público general es de 25 CUP por cada CUC o dólar.
Durante la intervención de mediados de octubre, en la cual se anunció que la medida estaba a la vuelta de la esquina, el "zar de las reformas", Marino Murillo, recordó que el ordenamiento irá acompañado por otras medidas como una reforma salarial y de las pensiones y la retirada de subsidios, si bien se mantendrán los precios centralizados para un "reducido" grupo de productos y servicios básicos, entre ellos el combustible, la electricidad o la leche infantil.
La llegada de la unificación monetaria ha provocado que cientos de cubanos acudieran a los bancos y casas de cambio para deshacerse de los CUC, que se devaluaron frente al dólar en el mercado informal.
La eliminación de la doble moneda llega en un momento de fuerte crisis económica. El parón del turismo por la pandemia de coronavirus ha agudizado la ya precaria situación financiera de la isla, golpeada por el endurecimiento del embargo de Estados Unidos, y la crisis de su aliada Venezuela y la tardanza en aplicar las reformas diseñadas para actualizar su sistema centralizado.
Esta necesidad de divisas ha llevado a Cuba a aplicar una "dolarización parcial" de su economía con polémicas medidas en los últimos meses como la apertura de supermercados y comercios en los que no se aceptan las monedas locales y solo se puede pagar en divisas con tarjeta.