Una nueva planta desalinizadora ha sido construida en la Punta de Maisí, en el oriente de Cuba, con infraestructura y apoyo ruso, según informaron este jueves medios oficiales de la isla.
Andrey A. Guskof, embajador de la Federación Rusa en Cuba, destacó que la Planta Desalinizadora de Punta de Maisí, “es uno de los frutos de la colaboración rusa que apoya el plan de desarrollo cubano, y se extiende al desarrollo energético, el ferrocarril, la reparación de plantas metalúrgicas y al apoyo de otros proyectos”.
Aseguró además que su país está comprometido con el apoyo a Cuba, “desde el punto de vista político y económico, a través de un proceso de cooperación que marcha de manera acelerada, según los planes de ambas partes, y debe crecer y dar nuevos frutos en el futuro”.
La Planta, cuya tecnología tuvo un costo total de 384 mil 426 euros donados por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, a través de capital ruso, beneficia actualmente a una población de mil 749 pobladores de esa localidad, gracias a su capacidad para procesar 17 metros cúbicos de agua salobre por hora a través del proceso de ósmosis inversa.
Además de la tecnología, la instalación de la moderna planta fabricada por la empresa argentina Aguas y Procesos, requirió el montaje de varios objetos de obras civiles, como la perforación de pozos, para extraer el agua salobre y verter la salmuera resultante, un edificio administrativo, viales de acceso y tanques, a un costo superior a los 2 millones de pesos, en ambas monedas nacionales.
Durante el acto, presidido por Marisol Tito Tejeda, miembro del Buró provincial del Partido en Guantánamo y al que asistió además Dagoberto Rivera, coordinador en funciones del Programa de la UNICEF; la presidenta de la Delegación provincial de Recursos Hidráulicos, Marjoris Rubio Bonome, explicó que la planta es solución efectiva para el abasto de agua en la localidad, la de menor cobertura hídrica del territorio y afectada tradicionalmente por largos periodos de sequía.
La Planta Desalinizadora de Punta de Maisí tiene tiempo de vida útil calculada en dos décadas, garantía de insumos para dos años, un plan de mantenimiento asegurado por los órganos locales y capacidad para, incluso, extender sus beneficios a otras localidades aledañas.