El deportista cubano Lázaro Taylor Fernández, de la modalidad de 400 metros con vallas, que se fugó a finales de agosto de la delegación atlética del Centroamericano en Bahamas, fue capturado por los guardacostas americanos cuando intentaba llegar a las costas de Florida en un bote.
“El 23 de agosto tenían que regresar a La Habana y ahí fue que él decidió escapar desde el aeropuerto", explicó su madre, Yunia Rodríguez, al Canal 41 de Miami.
"Se escondió en un bote para venir para acá. No sé la manera, pero lo interceptó la Guardia Costera. Estamos intentando que no lo deporten porque si lo deportaran las consecuencias que le vienen son grandes", agregó.
Yunia, que reside en Estados Unidos, explicó que ella nunca fue partidaria de la idea de que su hijo se lanzara al mar, “porque siempre les aconsejo a todos mis cubanos de la isla que no den este tipo de pasos porque son muy peligrosos”. Ahora teme que lo devuelvan a Cuba por lo que tendría que afrontar al haberse fugado de un evento deportivo.
La madre también narró todas las carencias que vivía su hijo como atleta de alto rendimiento; explicó que entrenaba con muy mala alimentación y en condiciones precarias.
“Viviendo en una escuela en el equipo nacional. Días de desayunar la mitad de un pan de la cuota. Le daban arroz y chícharos de comida, eso a un atleta de alto rendimiento que tiene diariamente que estar entrenando de la mañana a la noche", refirió.
En el evento de donde escapó, en Bahamas, el atleta había finalizado en la sexta posición de los 400 metros con vallas, con un tiempo de 50.09 segundos.
Fernández había conseguido esta temporada una marca personal de 49.66, que es la decimotercera mejor en la historia de la especialidad en la isla, y también formaba parte del relevo cubano del 4x400 de Cuba. Con solo 23 años era parte del futuro de esta disciplina en su país.