Un balsero junto a sus dos hijas pequeñas, su esposa y amigos, llegó a Cayo Marquesa, a 50 kilómetros de Key West, Florida, en una travesía llena de peripecias que comenzó en Santa Fe, Cuba, informó el periodista Mario J. Pentón.
“Si tuviera que volver a hacerlo no lo haría, por mis hijas. De verdad hay que tener c… para cruzar el Estrecho de la Florida. Enfrentamos olas de hasta dos metros, nos seguían con drones y tuvimos que abrirnos al Golfo de México y volver atrás, porque por poco nos agarran los guardacostas”, declaró el hombre en el video que describe todas las incidencias del viaje.
Durante el trayecto, la embarcación en la que viajaron se averió y estuvo a punto de dejarlos al pairo, pero a fuerza de ingenio y perseverancia lograron llegar hasta el pequeño islote, no muy lejos de la Florida.
“Siempre tuvimos fe en Dios. Yo pensé que no llegábamos, en el mar la lancha se clavaba en el agua cuando bajaba las olas, pero aquí estamos, por lo menos mis hijas tendrán una mejor vida”, concluyó.
Cuba atraviesa una crisis migratoria derivada de la agudización de su crisis económica habitual como consecuencia de la pandemia de COVID-19 y fallidas políticas gubernamentales que han sumido a la isla en su peor inflación y una situación de severa escasez de alimentos y bienes de primera necesidad.
Además de por mar, los cubanos buscan llegar a Estados Unidos a través de su frontera con México, en una travesía terrestre que comienza en Nicaragua, país que levantó el requisito de visado a los naturales de Cuba desde el pasado noviembre.
En los primeros seis meses de 2022, el arribo de cubanos a Estados Unidos superó las 155 000 personas previstas hasta octubre, informó recientemente el Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras de ese país (CBP, por sus siglas en inglés).
Con 157 339 migrantes cubanos que ingresaron a Estados Unidos hasta el mes de junio, el CBP pronostica un flujo similar de personas hasta octubre, cuando concluye el año fiscal, por lo que la cifra podría superar la barrera de los 200 000.
Esta cifra supera con amplitud al éxodo del Mariel de 1980, cuando en apenas siete meses arribaron unos 125 000 cubanos a Estados Unidos.
