Con motivo del 80 cumpleaños del fallecido músico cubano Juan Formell, fundador y primer director de los Van Van, se exhibió en Museo Nacional de la Música en La Habana su máscarilla mortuoria en yeso.
Según fuentes del oficialismo, en presencia de familiares y amigos se expuso por primera vez primera esta mascarilla, realizada por el doctor Alfredo Álvarez Rivero, especialista de prótesis estomatológicas del Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ).
Osmany Ibarra Ortiz, jefe del departamento de museología de la entidad musical, señaló que la máscara mortuoria es “una copia fiel del rostro de una persona recientemente fallecida y constituye un arte milenario, donde la técnica que se emplea es el vaciado en yeso para obtener la imagen primaria”.
Añadió que puede ser reproducida en este u otros materiales más perdurables, como el bronce, la cerámica y resinas. En el museo, además de la máscara facial de Formell, están las de otros artistas como Hubert de Blanck, Joaquín Nin y Sindo Garay.
Las autoridades cubanas aseguraron que la máscara era “un regalo para la música cubana”, y aclararon que, aunque el Museo Nacional de la Música aún no está abierto al público, decidieron aprovechar el homenaje a Formell para mostrar algunas de las piezas que serán exhibidas tras su reapertura.
En un segundo momento, los presentes en la sala-teatro del Museo Nacional de la Música apreciaron las actuaciones del niño Samuel Sirgado, quien además de cantar un tema de los Van Van tocó magistralmente la trompeta, mientras los cantantes William Borrego, Pedrito Calvo y Beatriz Márquez homenajeaban a su amigo y colega fallecido.
“Para mí cantar el tema 'Este amor que se muere', fue muy difícil porque es la primera vez que la interpreto sola; estoy muy orgullosa y siempre que pueda cantar su obra la voy a interpretar, porque es uno de los exponentes más grandes que tiene la música cubana”, refirió Márquez.