La prensa oficialista de Sancti Spíritus detalló a través de un reportaje en el semanario Escambray, cómo ocurrió el asesinato del profesor Santiago Morgado, el pasado 1.º de julio, en una zona rural conocida como Banao.
Según este reporte, el profesor fue alquilado para un viaje en moto por uno de los implicados, que ya había requerido sus servicios con anterioridad. El otro responsable directo del asesinato estaría esperándolos entre la maleza, para atacarlo con un palo y una piedra.
Utilizarían luego “dos piezas de un vehículo agrícola que atarían al cuello y a las piernas del occiso, con la finalidad de hundirlo en un pozo con agua de más de tres metros de profundidad”.
“Lo eligieron porque uno de los presuntos asesinos alquilaba con regularidad los servicios de transportación de Santiago y sabían que, dado el carácter afable de la víctima, resultaría fácil conducirlo hasta la localidad El Capitolio, perteneciente al Consejo Popular Banao, donde escondido tras la maleza lo esperaban”, añade el reportaje.
Explican que un tercer implicado manejó la Suzuki de color rojo hasta Vertientes, Camagüey, donde la vendió por 200 mil pesos, poco más de 1800 dólares americanos según el cambio de la calle en Cuba. Inicialmente, habían pedido 800 mil pesos cubanos a través de un intermediario que también está implicado en la causa.
Según la policía de la provincia, “el hallazgo del casco, entre otras pistas, los condujo hasta el pozo, y la posterior identificación de las piezas metálicas —con las cuales Santiago fue arrojado al interior del pozo—, fue determinante para esclarecer el caso”.
Confirmaron que tres de los cinco implicados son residentes del Consejo Popular Banao: uno de la comunidad El Pinto, otro, de El Capitolio y otro, del propio Banao. Los otros dos son del municipio camagüeyano Vertientes. Sus edades oscilan entre los 28 y 45 años. Los cinco se encuentran detenidos en estos momentos.
Finalmente, el reportaje expresa que los dos implicados directamente en el asesinato reconstruyeron los hechos y confirmaron que fue algo planificado, pues “se valieron del alquiler de la moto con la intención de asesinar a su propietario para sustraerla y venderla”.