El cuerpo de Cristina López-Cerón Ugarte, la turista española que falleció el pasado 6 de mayo en la explosión del Hotel Saratoga en La Habana, llegó a su pueblo natal, Viveiro, este jueves al mediodía, según medios locales.
La alcaldesa de Viveiro, María Loureiro, confirmó esta información y precisó que la alcaldía no descartaba realizarle un pequeño homenaje, aunque solo si la familia de la joven así lo autorizaba.
La subdelegada del Gobierno en Lugo, Isabel Rodríguez, había anunciado este 11 de mayo que los restos de Cristina saldrían esa noche de La Habana, en un vuelo con destino a España. Con anterioridad, su defunción había sido inscrita en el Registro Civil del Consulado de España, un trámite imprescindible para la repatriación del cuerpo.
Los reportes locales añaden que desde la noticia de la muerte, se han sucedido varias muestras de dolor, sobre todo del colegio “María Sarmiento”, de Viveiro, donde Cristina había cursado la secundaria y el bachillerato. Poco después, la joven iría a estudiar Economía en la Universidad de Santiago de Compostela.
Una vez graduada, en el 2016, estudió un máster en banca y finanzas en A Coruña que le facilitó entrar a trabajar en entidades financieras como Caixabank o Abanca. Antes de su fatídico viaje a Cuba, trabajaba en la oficina de Abanca en Ortigueira.
Ella y su pareja, César Román Santalla, natural de As Pontes, habían decidido pasar unos días de vacaciones en la isla. Ambos salieron a pasear por La Habana, cuando el impacto de la explosión del Saratoga le provocó la muerte a ella de inmediato. César continúa hospitalizado en la capital cubana.
“Lo último que nos ha trasladado su familia es que está evolucionando favorablemente dentro de la gravedad, lógicamente. Las previsiones son muy positivas”, señaló a la prensa, el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones.