Teresa de Jesús Rodríguez Simón, madre de tres jóvenes acusados de “sedición” por las protestas antigubernamentales ocurridas en Cuba el verano pasado, denuncia irregularidades y falta de información en los juicios contra los manifestantes.
El lunes y el martes de esta semana sus hijos varones fueron enjuiciados en el Tribunal Popular Municipal de Diez de Octubre (La Habana) junto a otra veintena de personas del barrio La Güinera. Yosney Emilio Román Rodríguez (25 años edad) tenía una petición fiscal de 20 años de prisión, mientras que Emiyoslán Román Rodríguez, arrestado siendo un menor de edad (17 años) enfrentaba una condena de 15 años que fue reducida a 7. Mackyani Román Rodríguez, la hija de 24 años y con petición fiscal de 25 años, irá a juicio posiblemente a finales de enero.
“En los juicios solo dejaron entrar a un familiar. El primer día casi no permitieron que lo abogados defendieran. Pusieron solo las pruebas que ellos determinaron que les convenía a la Fiscalía”, explica la madre a ADN Cuba.
Según Teresa de Jesús, el segundo día los abogados “pudieron defender más y dejaron poner las pruebas que ellos llevaban. Eso me alivió un poco, porque el primer día fue agobiante, uno se desesperó, lloró, se mortificó. Era como ver una película sin poder hacer nada”.
Las defensas pidieron que se les cambiara a los acusados el delito mayor de “sedición”, que atenta contra la Seguridad del Estado, por otros por los que se imponen condenas menores.
“Los mismos abogados dijeron a la jueza que, si querían de cierta forma castigar a estos muchachos, esa no era la mejor forma porque lo que estaban haciendo es destruyendo a la juventud. Esa cantidad de años que estaban pidiendo es absurdo”.
Por esta razón a Emiyoslán lo sentenciaron a 7 años de privación de libertad y no a 15 como solicitó el fiscal inicialmente. “No estoy de acuerdo porque deberían haberlo soltado en libertad, pero así son las leyes de Cuba. El mayor quedó concluso para sentencia, hay que esperar entre 15 días y un mes, según dice el abogado”, explicó la madre.
Teresa de Jesús Rodríguez Simón siguió de cerca el juicio de sus hijos, pero no entró en el tribunal. “No podía. Los nervios no me dejaban”.
“Desde el principio de esta situación todo ha sido esperar, esperar y esperar… Sin información, sin que [las autoridades] te aclaren absolutamente nada”, denunció.
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“Si le preguntas al abogado, prácticamente no sabe nada. No puedes llegar a una estación de policía ni a Fiscalía a preguntar nada. Tienen a uno desinformado de todo”.
La madre criticó que el régimen no permita el ingreso del público a los juicios. “Ahora mismo Cuba no está en cuarentena estricta como para que no dejen que los familiares participen. No permitieron estar ni cerca de la audiencia, teníamos que estar a dos cuadras de distancia”, dijo.
Los allegados a los prisioneros se congregaron en un parque, vigilados por agentes del Estado. Según Teresa de Jesús enviaron “una cantidad inmensa de policías”, al punto que había “más agentes que familiares, lo mismo uniformados que vestidos de civil”.
Los integrantes de las fuerzas represivas intentaban interactuar con los familiares, “como si estuvieran queriendo escuchar lo que hablas o evitando que alguno quiera manifestarse”.
En el tribunal, el único familiar que autorizaban a ingresar era revisado y luego custodiado “con guardias para que ni siquiera abrieran la boca”, dijo la madre.
“A los muchachos los tienen todo el tiempo esposados de manos y pies con las 'shakiras' puestas y con tres guardias prácticamente al lado de cada uno, para que tampoco tengan derecho ni a moverse”.
En declaraciones a ADN Cuba, Teresa de Jesús denunció además que su casa está vigilada por la Seguridad del Estado. “Constantemente pasan en motos, a veces hacen guardia en las esquinas y mi familia, todos nosotros, nos sentimos coaccionados con esa situación”.
Ella fue citada por la policía política y la amenazaron diciéndole “que no podía seguir haciendo denuncias porque eso podía perjudicar a mi hijo y a mí. También me advirtieron que no me reuniera con disidentes ni activistas de derechos humanos, ni recibiera ayuda de ninguna asociación”.
Sin embargo, la madre de los jóvenes presos políticos Yosney, Emiyoslán y Mackyani afirma que continuará difundiendo las injusticias que ocurran. “Estoy aquí para eso. Son mis hijos y lo que tenga que denunciar lo voy a denunciar”, concluyó.