Taiwán informó el viernes la detección de 22 cazas, dos bombarderos y un avión antisubmarinos chinos dentro de la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ), todo ello en el marco de la celebración del Día Nacional de China.
El sábado, nuevamente, Taiwán señaló que durante la noche del viernes detectó otras 13 aeronaves “en una inusual incursión nocturna”, llevando el total a 38.
Al parecer el número de incursiones habría aumentado de forma considerable durante el fin de semana.
Su Tseng-chang, primer ministro de Taiwán, se refirió a los hechos el sábado y dijo que: China “ha aumentado desesperadamente su poder militar y ha socavado la paz regional”.
La Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) no es lo mismo que el espacio aéreo de Taiwán, incluye un área más extensa que se solapa con parte de la zona de identificación de defensa aérea de China continental e incluso con parte de su territorio.
La presión china sobre Taiwán ha ido en aumento. Esa isla es reivindicada por Pekín que “suele enviar aviones militares” para “mostrar su descontento”. “Los líderes chinos han prometido recuperar algún día Taiwán, por la fuerza si fuera necesario”.
De hecho, en días pasados, envió a la zona de defensa de Taiwán 24 aviones después de que Taiwán solicitara su adhesión a un importante acuerdo comercial transpacífico.
La prensa en Europa indicó que la presión sobre Taiwán aumentó desde la elección en 2016 de la presidenta Tsai Ing-wen, quien considera que la isla “ya es independiente”.
En 2020 hubo 380 incursiones de aviones militares chinos en la zona de defensa de Taiwán. En los primeros nueve meses de este año, China ha superado las 500 incursiones.
Esta reciente maniobra china ocurrió después de que, el lunes de la semana pasada, Reino Unido enviara, por primera vez desde 2008, un buque de guerra al estrecho de Taiwán, el mar que separa esta isla de China continental y que Pekín considera como un paso marítimo muy sensible.
El ejército chino acusó a Reino Unido de actuar con “mala intención para sabotear la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”.
Por su parte, el senador estadounidense Marco Rubio (R-FL) se pronunció respecto a estos hechos: “El comportamiento agresivo del Partido Comunista Chino tiene como objetivo intimidar a Taiwán y enviar un mensaje al resto del mundo”, dijo.
Si la imprudencia de Pekín no recibe la condena internacional, entonces Xi Jinping pensará que “tiene luz verde para una mayor agresión”, observó el senador republicano y miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
“El presidente Joe Biden debe trabajar con nuestros aliados para garantizar que la República Popular de China respete el status quo y el territorio soberano de Taiwán y sus vecinos”, solicitó Rubio al gobierno Biden.