La justicia boliviana amplió la detención de la expresidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, por otros seis meses luego de un segundo proceso penal durante el cual el Gobierno alegó “incumplimiento de deberes”.
Áñez debería recobrar su libertad en una semana luego de pasar cinco meses recluida en un penal de La Paz, capital del país andino, mientras esperaba resultados de la investigación por su actuación durante la crisis política de 2019 que derivó en la renuncia de Evo Morales a la Presidencia.
La expresidenta fue encarcelada en marzo de este año por cargos de conspiración, terrorismo y sedición.
“Me imponen otros seis meses más de injusta privación de libertad, violando los derechos humanos y las garantías. Sin Justicia en Bolivia no hay democracia”, escribió Áñez en su cuenta de Twitter.
Su abogado, Luis Guillén, tildó la decisión de “arbitraria e irregular porque ninguna persona puede ser procesada dos veces por los mismos hechos”.
Con Áñez suman más de 40 arrestos preventivos entre exministros, exfuncionarios, militares y policías por el estallido social de noviembre de 2019 que precipitó la renuncia de Morales tras las fallidas elecciones denunciadas como fraudulentas en la que buscaba un cuarto mandato.
Las protestas cobraron la vida de 37 personas; una veintena de ellas murió en encontronazos con las fuerzas del orden cuando Áñez asumió interinamente con la misión de pacificar el país y llamar a nuevos comicios que fueron ganados por el actual presidente Luis Arce —del mismo partido de Morales, el MAS— en octubre de 2020.
La oposición acusa al gobierno de utilizar la justicia para desatar una “persecución judicial”. El gobierno dijo que busca hacer justicia por las víctimas.
En marzo, Áñez dirigió sendas cartas a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a la delegación de la Unión Europea (UE) en Bolivia en las que pidió la presencia de una misión de observación para que "evalúe de manera objetiva" su detención.
EE. UU. y la UE pidieron la liberación de la expresidenta, e instaron a La Paz a respetar a la oposición y no tomar posiciones de venganza.