El portal oficialista Cubadebate vuelve a publicar un artículo de 2016 en el cual su autor, asombrosamente, llama al sistema cubano “capitalismo de Estado”.
Una mención inaudita en ese medio subordinado al Partido Comunista, que insiste en llamar “socialismo” al desbarajuste reinante en Cuba, aunque todo el mundo sabe que, si no lo es ya, pronto se convertirá a la normalidad del capitalismo latinoamericano.
“Es obvio que en Cuba existe un capitalismo [casi por completo monopolista] de estado que confronta numerosas dificultades impuestas desde el exterior —particularmente por el gobierno de Estados Unidos. Esta descripción no tiene la intención de ser peyorativa, es solamente descriptiva”.
“Este capitalismo de estado, sin embargo, es distribucionista en lo que produce o genera de productos e ingresos. Estos aspectos lo diferencian del capitalismo de estado típico que distribuye las ganancias solo entre los inversionistas privados”, asegura el académico mexicano Nelson P. Valdés, de la Universidad de Nuevo México.
En resumen, es un “buen” capitalismo de Estado, porque distribuye los ingresos entre “el pueblo”, pero podría ser mejor si no estuviera el “bloqueo de Estados Unidos”.
A juicio, del autor, los que llaman a la introducción de medidas capitalistas en la isla y sueñan con el mercado, “están fuera de onda y despistados”, porque ya están allí. Habría que decirle eso a Cubadebate, Granma, Díaz-Canel y compañía, quienes insisten en que nunca harán tal cosa.
"Lo que periodistas y numerosos académicos desde el exterior confunden es el capitalismo de corporaciones privadas y no entienden que es exactamente algo diferente la practica del capitalismo de corporaciones paraestatales o estatales. Una gran diferencia, por supuesto, es quien se apropia de las ganancias y cómo lo hace", asegura Valdés.
"Las ganancias en el capitalismo privado van —eventualmente— a manos privadas; el capitalismo estatal usualmente se apropia de las ganancias y distribuye parte de esas ganancias entre los administradores y de forma individual o social entre los que trabajan en la empresa o fuera de ella. Ambos tipos pagan impuestos", agregó.
Aunque el régimen aceptó la propiedad privada, los grandes consorcios y medidas de mercado, todavía el Estado cubano controla la mayor parte de la economía, las finanzas y las inversiones, por lo que resulta difícil considerar que el capitalismo ya está plenamente asentado en Cuba, según expertos.
Además de esto, el régimen cubano sigue gobernado por un único partido, como reconoce claramente el oficialismo, lo que quita un elemento característico de las sociedades capitalistas: la democracia liberal.