“Hay una investigación criminal activa y en curso”, dice la portavoz de la oficina del fiscal estatal Paula McMahon.
Se refiere a un claro intento de cometer fraude en las próximas elecciones presidenciales del 3 de noviembre, en el condado Broward, el segundo más poblado de la Florida y que tiende siempre a votar por los demócratas. Allí descubrieron que alguien quería que decenas de muertos votaran.
Según dio a conocer el Washington Times funcionarios electorales de Broward descubrieron el maquiavélico plan en julio, cuando una persona solicitó por correo, desde Columbiana, Carolina del Sur, 51 nuevas inscripciones de votantes a la oficina de elecciones de Broward. Todas estaban hechas con la misma letra.
El fiscal estatal adjunto Tim Donnelly dijo que 31 de las solicitudes fueron hechas a nombre de personas muertas. Y que a las otras 20 solicitudes no se les pudo verificar la identidad.
Todo indica que las solicitudes llegaron en 19 sobres distintos, y que a las autoridades electorales algo les resultó sospechoso e inmediatamente abrieron una investigación en la oficina del fiscal del estado.
Los reportes de prensa indican que no se llegaron a emitir boletas ausentes ni votos bajo las identidades fabricadas, pero aún no revelan quién es la persona o las personas involucradas en este intento de fraude electoral.
Otro dato significativo: 5 de las personas a nombre de las cuales se hicieron las solicitudes ya estaban en el registro de electores. Esto por sí solo ya representa una irregularidad, porque permanecían registradas para votar personas aparentemente fallecidas.
Esto no es nada nuevo en el país. Un exhaustivo estudio ya demostró en elecciones pasadas, que 1.8 millones de personas muertas permanecían registradas para votar, por negligencia o intencionalidad de las autoridades electorales, que no habían purgado sus listas de electores.
Y aunque la prensa de izquierda en Estados Unidos constantemente clama que el fraude electoral no existe, o que es casi inexistente, la verdad es que el fraude está cada vez más presente, como han demostrado varias investigaciones periodísticas. Y en un país tan polarizado, donde hay estados en los que las elecciones se deciden por un puñado de votos, un voto fraudulento puede ser decisivo.
El supervisor de elecciones de Broward, Pete Antonacci, dijo al South Florida SunSentinel: "Este es un esfuerzo organizado por alguien que sabía un poco sobre la ley de Florida, pero no mucho y tenía un plan para socavar el sistema de registro de Florida con votantes falsos o tenía la intención de votar 50 veces”.
El sistema electoral estadounidense está basado en el honor, por lo tanto, si alguien está empeñado en violar el sistema puede lograrlo.Y a pesar de que es un delito penado con cárcel suplantar identidades o votar sin ser ciudadano de los Estados Unidos, son muchas las maneras en que se puede cometer fraude.
Existen registros de fraude electoral a lo largo y ancho de los Estados Unidos. La Heritage Foundation lleva un minucioso registro de todo tipo de fraude electoral, que puede ver aquí .
El fiscal estatal de Broward, Mike Satz, emitió una declaración la siguiente declaración: "Nos tomamos muy en serio cualquier acusación de fraude electoral porque afecta nuestra democracia", dijo Satz. "Cualquiera que tenga información sobre cualquier intento de cometer el delito de fraude electoral debe informarlo al Supervisor de Elecciones de Broward y a la Oficina del Fiscal del Estado de Broward para que pueda ser investigado a fondo".