Era un hombre de Dios, de Iglesia, de pueblo, dijo el Padre José Joaquín Espino sobre el sacerdote fallecido.
En horas del mediodía de este lunes tuvieron lugar en Miami una misa de cuerpo presente y el entierro del Padre Sergio Carrillo, quien fuera veterano de la Brigada 2506.
El Arzobispo de Miami, Thomas Wenski, ofició la misa en la Iglesia de Nuestra Señora de la Guadalupe, en la ciudad de Doral, junto a docenas de sacerdotes y fieles.
Bajo una persistente llovizna, poco antes del mediodía, arribó el féretro con el cadáver del Padre Carrillo a la iglesia. Allí esperaban feligreses, veteranos de los boys scouts y de la invasión de Bahía de Cochinos. La bandera cubana y de la Brigada 2506 cubrieron el féretro en la capilla ardiente y durante el entierro.
El Padre Jose Joaquín Espino, párroco de la Iglesia San Lázaro de Hialeah, quien fue uno de los sacerdotes que estuvo en la capilla junto al féretro, afirmó a Radio y Televisión Martí que el Padre Carrillo fue un hombre de Dios, de la Iglesia y de pueblo.
Comentó que siempre sirvió a la Iglesia con una sonrisa, incluso en medio de las adversidades.
El Padre Carrillo también recibió el homenaje de feligreses y miembros de los ministerios Nuevo Caminar y Nueva Vida, este último del que fue guía espiritual por varios años.
María Elena Santos, una de las asistentes a la misa, quien participó en el ministerio Nuevo Caminar para combatir la adicción y codependencia, declaró a Radio y Televisión Martí que el sacerdote les inculcó que Dios siempre estaba a su lado.
Carlos León Acosta recordó que el amor por el prójimo del Padre Carrillo y recordó que era quien tocaba la campana en los campamentos de Guatemala, donde se entrenaron los brigadistas antes del desembarco de Bahía de Cochinos, para llamar a misa.
El actual presidente de la Brigada 2506, el coronel (r) Johnny de la Cruz, subrayó en conversación con Radio y Televisión Martí el heroísmo en combate del Padre Carrillo y su pasión sacerdotal.
Otro veterano de Bahía de Cochinos, Humberto “Chino” Argüelles, quien presidiera la organización en el período anterior, indicó que el Padre Carrillo fue un ejemplo para todos los brigadistas, subrayó la ayuda que brindó en la prisión a los detenidos tras la fallida invasión y rememoró que, como sacerdote, oficiaba misas en las actividades de la Brigada.
En la misa el Arzobispo de Miami dijo que el Padre Carrillo quiso vivir como un profera entre los suyos, en referencia a la primera lectura de la misa sobre el Profeta Isaías; y dijo que considera al sacerdote cubano como un "testigo de momentos memorables de la historia reciente de Cuba, así como de todas las etapas de un prolongado exilio". Wenski recordó pasajes de la trayectoria del Padre Carrillo en Cuba, Estados Unidos y Colombia.
Al finalizar la misa se efectuó el entierro en el Cementerio Nuestra Señora de la Merced (Our Lady of Mercy) contiguo al templo católico.
Antes de que el ataúd descendiera a tierra, De la Cruz, quien también estuvo en el Batallón #1 de paracaidistas de la Brigada junto a Carrillo, recordó su valor, bondad, carisma e inteligencia tanto en el combate como en los tiempos en la cárcel cubana.
"Ha sido uno de los miembros más queridos de la Brigada", aseguró De la Cruz. Al finalizar la ceremonia en el cementerio comenzó de nuevo a llover.
Este texto fue publicado originalmente por Radio Televisión Martí.