Sandro Castro se va de juerga: él sí es nieto del Comandante

Por supuesto, el nieto del dictador Fidel Castro, el “influencer” Sandro Castro, no resistió verse opacado por nadie en Instagram y también salió de juerga en plena pandemia en Cuba
 

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Sandro Castro, el nieto del dictador Fidel Castro, no se pudo quedar atrás, y como él, sí tiene a toda la cúpula militar de Cuba a sus pies, salió de juega con sus amigos en plena pandemia y por supuesto lo transmitió en una directa.

El nieto de Castro no tiene nada que ocultar, toda la corrupción de su familia salta a la vista una y otra vez en Cuba.

Y cómo él no tiene que preocuparse por marcar la cola del pollo de un día para otro o ningún miedo de que le impongan una multa de 3 mil pesos por “propagación de enfermedad”, dado el mal uso del nasobuco, Sandrito hace la directa, sí, para que todos lo miren.

Por eso se le ve, en la parte de atrás de un carro, con un nuevo look, casi rubio, y unas gafas oscuras, recorriendo La Habana, marcándose el signo de “victoria”, como su abuelo, el barbudo de la Sierra.

Sandro también “está luchando”, con el nasobuco mal puesto (solamente en Holguín requirieron a 52 mil personas por usarlo mal) y “en modo descarga”, porque según él, “esto (el carro) camina duro papi” y él anda así, “caminoteando”.

Los herederos de la familia Castro sí que viven a espaldas de la realidad cubana, y este “elemento” es de los que más destaca en redes porque no se esconde para lucir sus privilegios ante las escaseces del pueblo cubano.

Cuando faltó el combustible y los habaneros hacían extensísimas colas para llenar el tanque de su carro, Sandro alardeó en redes de que él sí tenía gasolina y “gracias a Dios” (nadie sabe cómo llaman en casa al abuelo).

Cuando empezó la crisis del coronavirus en Cuba, por supuesto, el chico también tuvo que mostrar que “estaba ready pal Corona”, así a lo reguetonero del Cerro y con una mascarilla quirúrgica, mientras Díaz-Canel le pedía al pueblo que cosieran, con cualquier trozo de tela, su propio nasobuco.

Y ahora, cuando llaman a “quedarse en casa” desde el gobierno, cuando multan al pueblo de a pie por salir sin autorización o incluso te llevan a una estación de policía, Sandro, que sí es nieto del Comandante (amiguitos coroneles le sobran) no puede dejar de restregarle a esos cubanos sus privilegios y sale a rumbear en carro. ¿Para la playa? Seguramente el nieto del Comandante tenga un cayo para él solo.

 

 

 

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