Mariela Castro, constancia del irrespeto de la dictadura cubana por su pueblo

Fernández Larrea no duda al opinar sobre la nueva "joya" de Mariela Castro respecto a las UMAP. "No necesita abrir la boca para insultar, ella es la constancia del irrespeto de la dictadura por su pueblo. Ella misma es un insulto".
 

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La princesa está triste. ¿Qué tendrá la princesa? Por supuesto, esos versos del gran poeta nicaragüense Rubén Darío no fueron escritos pensando en Mariela Castro. No coincidieron en el tiempo, pero si lo hubiesen hecho, Darío no le habría dedicado un solo verso triste, porque Rubén Darío sabía lo que eran la decencia y la sinceridad en los seres humanos.

Mariela ni siquiera es princesa. Nació en el hogar de uno de los usurpadores, esos que, escudándose en salvar al país de un tirano, ocuparon las casas de otros, robaron las riquezas de otros e instauraron una nueva tiranía. Así que Mariela no tiene sangre azul, sino rojo punzón, que es como el rojo bolchevique, pero más sinvergüenza. Ella es la fina del solar, la más folclórica de las chusmas de Cuba. Tiene su estilo, se nota que se esfuerza por ser original.

Estuvo un tiempo en silencio pero ha abierto nuevamente la boca, a unos días que se cumpliera un año de aquel desfile pacífico de la comunidad LGBTIQ que fuera exageradamente reprimido por la Seguridad del Estado y por la policía. 

Cuando Mariela no abre la boca el mundo lo agradece. Porque Mariela abre la boca hacia el exterior, quiero decir que lo que ella dice nunca es para Cuba. No interesa dentro del país. O es demasiado obvio y espinoso, lleno de consignas. O los pocos que se llegan a enterar de esos deslices -desquicios más bien- hacen como que les resbalan sus palabras porque ella no entiende la penuria del pueblo.

Ella quiere tribuna, atril, cámaras y micrófonos, viejos vicios de familia. Ella necesita proyectarse al mundo. Hola, Europa; cuéntame algo, izquierda americana. Precisa focos y espacio, encamarse en algo o sobre alguien y parecer atrevida, humana, moderna, y robarse el protagonismo como defensora de uno de los sectores más discriminados y rechazados en la sociedad cubana. 

 

 

Más que esas descalificaciones de entomóloga bisoña (e ignorante) tildando de “garrapatillas” a quienes no comulgan con sus descabelladas ideas y su actitud solariega, es el enorme disparate de decir que la lucha contra la homofobia es una lucha antimperialista. ¿Será que en su circo no acepta a las personas por su elección sexual, sino por su actitud política? Qué tendrá que ver la berenjena con la caspa. 

Con ese dislate de miliciana que llega tarde desconoce que fueron su tío y su padre quienes provocaron y alentaron a que miles de homosexuales abandonaran su país rumbo a lo que ellos llaman “el imperio”. Se fueron fustigados por el desprecio de la cúpula gobernante y de Macho Castro, que grabó con letras de fuego esas palabras de humillación humana: “No los queremos. No los necesitamos”.

Pero Mariela sí los necesita. Como necesita el Cenesex las subvenciones y “ayudas” de ONGs de Europa. Sin embargo, habla y tropieza.

Y es que cuando Mariela se entusiasma no sabe frenar la chivichana. Se desboca por esa boca, se manda y se zumba. Y al insulto anterior ha agregado uno más profundo, más sangriento y sin sentido: ha comparado aquellos campos de reclusión forzosa que fueron las UMAP con las Escuelas al campo. Quiso pasar página, darle una capa nueva de pintura al antiguo dolor que sigue vivo, el tema de las UMAP es para ella: “un asunto muy sobredimensionado y muy distorsionado”.

 

 

Como si fuera poco hundió más su dedito principesco en la vieja herida, y entre sus burradas brilla esta joya: "La idea de las Fuerzas Armadas era crear un Servicio Militar sobre todo con campesinos para apoyar la producción de alimentos. Por eso decían: en lo que se preparan para defender el país, que también apoyen la producción de alimentos que el país necesitaba. Había personas que estaban totalmente distanciadas de los problemas del país y no querían poner su granito de arena, y eran momentos muy difíciles".

No sé a quién hay que pedirle que se calle, que no esfuerce sus diminutas neuronas: Mariela no necesita abrir la boca para insultar, ella es la constancia del irrespeto de la dictadura cubana por su pueblo.

Ella misma es un insulto.

La Marcha alternativa LGBTIQ en Cuba
Escrito por Ramón Fernández Larrea

Ramón Fernández-Larrea (Bayamo, Cuba,1958) es guionista de radio y televisión. Ha publicado, entre otros, los poemarios: El pasado del cielo, Poemas para ponerse en la cabeza, Manual de pasión, El libro de las instrucciones, El libro de los salmos feroces, Terneros que nunca mueran de rodillas, Cantar del tigre ciego, Yo no bailo con Juana y Todos los cielos del cielo, con el que obtuvo en 2014 el premio internacional Gastón Baquero. Ha sido guionista de los programas de televisión Seguro Que Yes y Esta Noche Tu Night, conducidos por Alexis Valdés en la televisión hispana de Miami.

 

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