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La violencia y la lucha cotidiana de las mujeres en Cuba

El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se celebra cada 25 de noviembre, y en Cuba la fecha llega marcada de sangre, represión y silencios

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Mujeres haciendo fila para comprar alimentos durante la pandemia de coronavirus
Cubadebate | Mujeres haciendo fila para comprar alimentos durante la pandemia de coronavirus

Actualizado: November 25, 2024 8:51pm

En 1999 la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) marcó uno de los hitos en el avance de los derechos de las mujeres al proclamar el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En Cuba esta fecha llega en 2024 marcada por sangre, represión y silencio gubernamental, en medio de un país que se desmorona, a oscuras y sin comida.  

El Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT) de manera conjunta con el Observatorio de Feminicidios de Yo Sí te Creo en Cuba (YSTCC) han contabilizado entre enero y noviembre del presente año, 46 feminicidios en Cuba.

El registro de ambos observatorios incluye, además de las 46 víctimas mortales en lo que va de 2024, cinco intentos de feminicidios, seis casos que necesitan acceso a la investigación policial para determinar su calificación, y dos asesinatos de hombres por motivos de género.

"Es un panorama bastante brutal, vamos a dejar claro que nosotros estamos hablando de un subregistro como sociedad civil y el subregistro está indicando un patrón de violencia feminicida bastante alto, estos números nos están indicando también la reincidencia de muchos de estos feminicidas, nos están indicando que muchas de estas mujeres denunciaron, o lograron salir del círculo de la violencia por diversos motivos, o sea, a veces porque había alguna denuncia que procedía más o menos y ponían una orden cautelar, y otras ocasiones porque lograban ellas sus propios refugios, porque tenían determinadas redes de apoyo, porque las redes de apoyo al final aquí son las que están salvando a estas mujeres", explicó en una entrevista para ADN Cuba la activista y comunicadora feminista Marta María Ramírez.

Aunque en múltiples ocasiones las activistas cubanas han subrayado la importancia de que el Gobierno cubano declare un "estado de emergencia por violencia de género", y abogan por una ley integral contra la violencia machista, las respuestas no aparecen desde el oficialismo.

Para empezar, el feminicidio no está tipificado como delito en el Código Penal de la isla y tampoco se emplean los términos "feminicidio" o "crimen machista" en los medios estatales, que sólo excepcionalmente informan sobre este tipo de violencia.

Sobre el tema, Ramírez agregó: "Yo estoy convencida de que el régimen cubano es un estado feminicida, o sea, es interesante porque ha habido como un debate entre femicidio, que es el concepto del asesinato de una mujer por ser mujer, pero que no tiene responsabilidad estatal y el feminicidio, que es el término que nosotras usamos en Cuba, que sí tiene una responsabilidad estatal. Hay como esta distinción idiomática para estos dos fenómenos, pero es que resulta que lo llames como lo llames, el Estado siempre es responsable, porque no sólo tiene que legislar, también llevarlo a leyes administrativas, y si no hay un debate profundo en la sociedad cubana, si esos debates además no son debates, digamos, populares y sólo se quedan en pequeños grupitos o de feministas o de intelectuales, no hay un avance hacia algo concreto que ofrezca garantías".

La comunicadora, conocida en el ámbito cubano por sus constantes denuncias de violencia hacia la mujer, recordó que si el régimen "tiene recursos para poner en la puerta de un activista a personas para vigilarlo, tiene potencial para reprimir además el activismo, no sólo el activismo político entendido como lo tradicional, sino el activismo feminista, entonces debería tener recursos para que se cumpla una orden de restricción, y para hacer cosas preventivas", referida a la protección de las mujeres. 

Por si fuera poco, las cifras desactualizadas y a destiempo del régimen cubano sobre estos casos, no ayudan a entender la complejidad del problema, ni a verlo en su dimensión real. Apenas el pasado agosto, el oficialismo confirmó que los tribunales identificaron un total de 110 mujeres mayores de 15 años asesinadas por sus parejas o exparejas en juicios realizados en 2023.

Desde hace mucho ya, no es secreto para los cubanos que la dictadura los ha abandonado a su suerte. Si a alguien le queda alguna duda, solo basta con echar una mirada retrospectiva a lo sucedido el pasado mes de octubre en Cuba, donde múltiples páginas y ONGs denunciaron "violencias contra las mujeres", que no están entendidas como tal por la sociedad en su conjunto.

La página de Food Monitor Program que monitorea la inseguridad alimentaria y nutricional de la isla, remarcó que "tras varios meses de apagones continuos y prolongados, el sistema energético nacional colapsó el viernes 18 de octubre y prácticamente todo el país quedó sin electricidad; lo cual provocó, a su vez, el desplome de otros servicios básicos como el abasto de agua y, en muchos lugares, del gas manufacturado. O sea, millones de familias quedaron incomunicadas, sin poder conservar ni cocinar sus alimentos", algo que también -explican ellos- se entiende como violencia en contra de las mujeres. 

"Pensar que una mujer tiene que proveer de dinero, que además tiene que salir a hacer la compra de lo que hay -cuando hay-, que encima de eso le toca venir y echarle fresquito a los chiquitos, porque no hay electricidad, para que no se lo coman los mosquitos. Prepararle una comida, planificar la comida, que eso es un temor, o sea, prepararla con lo poco que tienes, que lograste tener. Miren si lo que debían hacerle es un monumento", comentó Marta María en otro momento de su charla. 

Las crisis, -económicas, políticas, sociales- también aumentan los espacios de violencia contra las mujeres: por ejemplo, en Cuba, durante la cuarentena provocada por la Pandemia de la Covid-19 entre el 24 de marzo y el 15 de octubre de 2020, ocurrieron 17 feminicidios y 3 infanticidios relacionados, que tuvieron lugar en el hogar o en entornos familiares de las víctimas.

De estos momentos se consolida la idea de que es necesario para combatir la violencia contra las mujeres, democracias sólidas y saludables. En democracias sólidas, las instituciones están diseñadas para garantizar la igualdad y la protección de los derechos humanos, incluido el derecho a vivir libre de violencia. La dictadura castrista, como Estado, está muy lejos de ello. 

En la nación caribeña la violencia institucional, algo de lo que poco habla, se ve exacerbada además por la limitación de libertades y la violación sistemática de los derechos en general. La falta de acceso a datos confiables dificulta la evaluación el alcance del problema de la violencia contra las mujeres en la isla.

Recientemente también se publicó un informe en la página de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que resultó de una investigación entre julio y agosto de 2024, donde se analizan los patrones de represión estatal en Cuba y el impacto de estas violaciones en la vida, el periodismo y el activismo de las mujeres. 

Represión Estatal contra Mujeres Activistas, Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas Independientes en Cuba, como se titula el documento publicado además por el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) en su página web, asegura que "las formas de represión en Cuba contra mujeres activistas, defensoras de derechos humanos y periodistas independientes son diversas y sistemáticas, revelan un patrón claro de abuso y control estatal. Una de las tácticas más comunes es la detención arbitraria, reportada por un alto porcentaje de mujeres en estos roles:  83.7% de las activistas,  77.7% de las defensoras de derechos humanos y el 85.7% de las periodistas independientes han sido detenidas sin justificación legal. Estas detenciones suelen realizarse en condiciones degradantes y, en muchos casos, incluyen tortura", según detallan las entrevistas realizadas a más de 200 mujeres víctimas de esa clase de violencia.

El hostigamiento y la vigilancia son herramientas fundamentales de la represión estatal, que afectan a la gran mayoría de las mujeres activistas, resume el informe considerando esto otra forma de violencia. "Un 94.2% de las activistas y un 86.1% de las defensoras de derechos humanos han sido víctimas de hostigamiento, que se extiende también a la vigilancia constante de  sus familias", dice.

Las experiencias de represión en Cuba son compartidas ampliamente entre mujeres de todos los roles, grupos racializados y niveles educativos, tanto dentro del país como en el exilio.

También la violencia física y psicológica son una forma común de represión que afecta profundamente a las activistas en la nación. Un alto porcentaje de estas mujeres, incluyendo el 78.5% de las activistas y el 85.7% de las periodistas independientes, reportaron haber sufrido violencia física, que a menudo incluye acoso sexual durante las detenciones e interrogatorios.

El decomiso de bienes y la imposición de multas arbitrarias son otras formas de violencia estatal ejercida como castigo para aquellas que desafían al régimen.

La situación de las activistas, defensoras de derechos humanos y ciudadanas en Cuba, según los resultados de la encuesta, revela una realidad alarmante de represión y violencia estatal generalizada. El 99.1% de las mujeres encuestadas han experimentado algún tipo de represión o violencia debido a su activismo, lo que refleja la magnitud de la represión estatal en la isla.

No menos importante resulta otro estudio que visibiliza las problemáticas que afectan a las mujeres migrantes internas en Cuba, un grupo que enfrenta una profunda vulnerabilidad debido a la combinación de su género, grupo racializado, lugar de nacimiento y estatus migratorio.

El texto, publicado por la misma web de Naciones Unidas, ha sido resultado de una investigación exhaustiva efectuada en el primer semestre de 2024, que incluyó encuestas y entrevistas realizadas a mujeres migrantes dentro de Cuba, con el objetivo de documentar sus experiencias y los desafíos que enfrentan en áreas como el acceso a la vivienda, el empleo, la salud y la seguridad alimentaria.

Las voces y testimonios recopilados en este estudio subrayan la urgente necesidad de implementar políticas inclusivas que garanticen la protección de los derechos de estas mujeres.

"Estas mujeres, provenientes mayoritariamente de las provincias orientales del país, enfrentan múltiples barreras legales y sociales que limitan su acceso a derechos básicos como la vivienda, el empleo, la salud y la alimentación. La falta de residencia legal en la capital impide que estas mujeres accedan a servicios esenciales, exponiéndolas a situaciones de explotación laboral, violencia de género y discriminación", revela.

Un aspecto crítico que se resalta es la imposibilidad de muchas de estas mujeres de acceder a asistencia legal efectiva. Las barreras burocráticas, los altos costos, la falta de documentación y la discriminación sistémica complican su acceso a mecanismos de protección y justicia, haciéndolas más vulnerables.

"Sin acceso a un sistema legal que las respalde, estas mujeres quedan desprotegidas ante desalojos forzosos, explotación laboral y abusos policiales, lo que agrava su situación y perpetúa el ciclo de marginación en el que viven", expone el archivo.

Si enumeramos el resto de las violencias a las que son sometidas las mujeres en Cuba -violencia obstetricia y el matrimonio infantil entre las más peleadas- la lista sería interminable. Mientras no existan mecanismos efectivos, conciencia social y normas jurídicas que regulen estas prácticas, lamentablemente la isla seguirá pasando cada 25 de noviembre, contando sus víctimas, a la par que el régimen, responsable de buena parte de la represión, celebra "sus conquistas" como si hubiera muy poco que cambiar al respecto.