Cubalex denuncia los interrogatorios como patrón sistemático de represión en Cuba

El centro de asesoría legal independiente Cubalex publicó el informe Interrogatorios en Cuba: Patrón de Represión Estatal y Violación de Derechos (2022-2024), en el cual se denuncian los 493 casos de interrogatorios registrados en un período de dos años y que "evidencian un incumplimiento sistemático de garantías internacionales como la Convención contra la Tortura". 

Cubalex analiza cómo estos interrogatorios documentados forman parte de un modelo de vigilancia y control dirigido contra activistas, periodistas independientes y defensores de derechos humanos. 

Los 493 interrogatorios registrados se distribuyen así:

2022: 125 casos 

2023: 177 casos (aumento del 41.6% respecto al año anterior)

2024: 191 casos (+7.9% respecto al 2023)

El informe señala que aunque "muchas de las citaciones se justifican bajo pretextos legales, su verdadero propósito es obtener información, intimidar, forzar la autocensura y en muchos casos buscan la autoinculpación, a pesar de estar terminantemente prohibido por ley". La edad promedio de los interrogados por la policía política es de 38 años. 

De los interrogatorios documentados por Cubalex, La Habana concentra el 71%. Las provincias de Villa Clara y Santiago de Cuba figuran con patrones diferenciados: represión hacia adultos jóvenes en Villa Clara, y hacia personas mayores en Santiago de Cuba.

Durante los interrogatorios, según el informe del centro de asesoría legal independiente, es común el aislamiento: "Las víctimas son privadas de comunicación, sin acceso a representación legal ni contacto con familiares durante el proceso, lo cual es contrario a la ley".

Cubalex describe asimismo prácticas de tortura psicológica y física como la "exposición a bajas temperaturas (los interrogatorios ocurren en salas climatizadas donde los interrogados permanecen sin abrigo); amenazas contra familiares (advertencias sobre posibles ataques o desapariciones de hijos, parejas u otros allegados); humillaciones racistas, sexistas y violencia contra la mujer (mujeres afrodescendientes fueron denominadas "King Kong" y "mona" durante los interrogatorios); coacción para autoinculparse (presión para firmar declaraciones bajo amenaza de represalias); y privación de alimentos y atención médica (en algunos casos, las víctimas reportan haber sido mantenidas sin acceso a agua, comida o atención médica por largos períodos de tiempo)".

En octubre del pasado año el régimen cubano desató una ola represiva contra periodistas y colaboradores de medios independientes en la isla. De acuerdo con varias denuncias, los periodistas y colaboradores fueron interrogados, torturados psicológicamente, despojados de ahorros y equipos de trabajo, grabados contra su voluntad y obligados a renunciar a su trabajo en los medios de prensa independientes.

Las denuncias mostraron entonces el uso de presión psicológica, amenazas de prisión e incluso intimidación a familiares de los detenidos.