La UNESCO muestra las mansiones de La Habana, mientras la ciudad se cae a pedazos
La UNESCO organizó el recorrido "Puertas Abiertas al Vedado", una iniciativa que llevó a residentes y curiosos por algunas de las majestuosas casonas que definen este emblemático barrio
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Creado: January 27, 2025 11:43pm
Actualizado: January 27, 2025 11:55pm
En un esfuerzo por resaltar la riqueza cultural de La Habana, la UNESCO organizó el recorrido "Puertas Abiertas al Vedado", una iniciativa que llevó a residentes y curiosos por algunas de las majestuosas casonas que definen este emblemático barrio de la capital cubana. Sin embargo, el evento, concebido como una celebración del patrimonio arquitectónico, no logró ocultar la sombría realidad de una ciudad en constante deterioro.
El recorrido permitió a los participantes explorar edificios icónicos, entre ellos la antigua mansión del banquero Pablo González de Mendoza, hoy residencia del embajador británico en Cuba. Este pequeño palacio, con más de un siglo de antigüedad, alberga la primera piscina cubierta de La Habana y ha sido escenario de visitas diplomáticas ilustres, como la del príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles en 2019.
Madeline Menéndez García, arquitecta y defensora del patrimonio, describió la zona como un "tesoro arquitectónico" que encapsula la transición entre la arquitectura colonial, republicana y moderna.
"Es nuestro patrimonio y una representación de la evolución de la ciudad a lo laro del siglo XX", expresó.
El Vedado, con su mezcla de mansiones neoclásicas, palacetes eclécticos y edificios modernistas, fue en su momento un símbolo de opulencia. Tras 1959, muchas de estas propiedades fueron confiscadas, convertidas en oficinas gubernamentales o adaptadas en residencias multifamiliares, lo que alteró irreversiblemente su diseño original.
A solo unas horas del recorrido organizado por la UNESCO, ocurrió un derrumbe parcial en el Instituto Superior de Diseño (ISDi). El edificio ya había sido señalado como una estructura en riesgo desde hacía meses, pero la advertencia no impidió el colapso. Este suceso, trágico pero común en la capital cubana, simboliza una ciudad que se desmorona bajo el peso del abandono al que la ha condenado el castrismo.
La Habana Vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, no está exenta de esta realidad. Aunque un ambicioso programa de restauración liderado por Eusebio Leal en los años 90 logró salvar algunos edificios históricos, gran parte de la ciudad permanece en un estado crítico. Los derrumbes son frecuentes, y los habitantes se enfrentan a riesgos diarios.
Anne Lemaistre, representante regional de la UNESCO, destacó que la organización busca generar conciencia sobre el valor arquitectónico del Vedado y explorar su posible inclusión en la lista de Patrimonio Mundial.
"Queremos que El Vedado sea conocido y apreciado. Es un proyecto urbanístico muy especial que merece ser preservado," afirmó.
Sin embargo, mientras se destacan las joyas arquitectónicas, el contexto general de La Habana apaga su brillo. El contraste entre las mansiones restauradas y los edificios que se desmoronan en las cercanías subraya la disparidad de prioridades en una ciudad donde la preservación parece estar reservada para lo turístico y lo simbólico, mientras las necesidades básicas de sus habitantes quedan relegadas.
La Habana sigue siendo un espacio de contrastes: una ciudad donde el esplendor del pasado coexiste con la decadencia del presente.
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