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Canciones imprescindibles de Pablo Milanés a dos años de su muerte

El cantante cubano supo expresar los sentimientos más universales del Hombre a través de una poesía genuina y conmovedora

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Pablo Milanés: 8 canciones esenciales

Actualizado: November 22, 2024 11:23am

Pablo Milanés grabó unos 50 discos, llenó innumerables teatros de todo el mundo y marcó a generaciones enteras a través de su música y sus letras. A dos años de su muerte, en Madrid el 22 de noviembre de 2022, se le recuerda con el alma un poco rota todavía. 

El trovador por excelencia, que se fue decepcionado de la Cuba a la que tanto le cantó, es mucho más que su himno Yolanda, publicada en 1982 y dedicada a su segunda esposa y madre de sus tres primeras hijas.

El autor cubano dejó para la eternidad una variedad de canciones en las que destacan el sentiminto de la melancolía y la huella que deja el paso del tiempo. Entre sus homenajes y sus antologías, sus letras de protesta y sus declaraciones de amor, ADN Cuba escogió algunas de ellas para homenajearlo este viernes: 

"Para vivir" (1967)

Milanés demostró desde su primera etapa de exploración y búsqueda musical, un cierto apego a la amargura más sensible y desarmante, lo que quedó plasmado en una de sus mejores piezas, Para vivir ,de 1967, aunque lanzada en su disco de 1976 La vida no vale nada

"Al fin nació, al pasar de los años, el tremendo cansancio que provoco ya en ti", cantaba un veinteañero Pablo en esta composición que regrabaría en los 90 junto a su amigo Víctor Manuel.

La pieza resulta una mezcla de reproche, de resignación y de profecía autocumplida: "Muchas veces te dije que, antes de hacerlo, había que pensarlo muy bien. Que a esta unión de nosotros, le hacía falta carne y deseo también"... 

"Años" (1975)

La erosión que el paso del tiempo impone a los sentimientos siempre fue una de las obsesiones de Pablo, al punto de negarse toda su vida a llevar reloj. La sensación implacable de que la vida deja huellas tristes, nos deja vencidos y hace que el amor no se refleje como ayer, sobrevuela una de sus canciones más ilustrativas: Años.

"Yolanda" (1982)

El disco Yo me quedo, de 1982, alberga el tema más emblemático de la vastísima cosecha de Pablo Milanés,  que incluye cerca de medio millar de temas. "Yolanda", reconocida entre las canciones de amor más bellas jamás escritas en castellano, era coreada como himno de cierre en sus conciertos.

La pieza fue dedicada a Yolanda Benet, su segunda esposa y madre de tres de sus hijas. Tras su muerte, muchos de los seguidores del artista cubano lo recordaron en las redes sociales con una de las frases de la canción:

"Si me faltaras no voy a morirme. Si he de morir quiero que sea contigo".

"Cuánto gané, cuánto perdí" (1983)

Es este uno de los temas del Milanés ochentero, que conecta la infancia y la juventud perdidas con los logros y las expectativas nunca cumplidas. Sus versos, escuchados en momentos de bajón, dolían a sus seguidores: "Dónde estarán los amigos de ayer, la novia fiel que siempre dije amar. Dónde andarán mi casa y su lugar, mi carro de jugar, mi calle de correr…". Casi medio siglo después, estas nostalgias cantadas siguen lastimado. 

"El breve espacio en que no estás" (1984)

En "El breve espacio...", Pablo se aparta de las formas clásicas de cantarle al amor al modo en que lo hizo en "Yolanda". Aquí Pablo retrata lo imperfecto de toda relación amorosa, donde conviven momentos de gloria con momentos de desilusión, de ahí que haya sido la canción más intrigante del trovador, con el mayor número de lecturas. El tema apareció en el disco de 1984 Comienzo y final de una verde mañana.

"De qué callada manera" (1985)

Pablo fue un hombre de dolor cantado. Su enfoque más desgarrador del amor, una constante en su obra, suena así: "De qué callada manera se me adentra usted sonriendo como si fuera la primavera, yo muriendo..." 

Originalmente un poema de Nicolás Guillén, se hizo canción al ser musicalizado por el cantautor casi 10 años después de su publicación. Está ncluido en su álbum Querido Pablo, de 1985.

"La felicidad" (1988)

Con Juan Goytisolo y el filme homónimo de Agnès Varda ligaba Milanés una de sus composiciones que mejor guarda la hermosa desazón de melancolía existencial que solían transmitir sus canciones. Muchos se han torturado con aquellos versos que dicen: "Te he visto sonriendo mientras te despeina y te envuelve en amor, al tiempo en que sólo pronunciar tu nombre con cierta ternura me ahoga en dolor"...

Pablo fue la gran bandera  musical de la revolución cubana junto a Silvio Rodríguez, pero hizo saber su disidencia durante la década de los años 90, en el llamado "período especial" que atravesó la isla luego de la caída de la Unión Soviética. Fue en ese momento, declaró años después, "cuando tuve la convicción de que definitivamente el sistema cubano había fracasado".

Otro momento clave ocurrió en 2011, mientras estaba en Miami para brindar una serie de recitales que estuvieron precedidos por una polémica mediática alrededor de su adhesión/oposición al régimen de Castro, que fue contundente con sus críticas al gobierno que había apoyado públicamente a través de sus actuaciones y declaraciones. "Cuando veo que unas señoras vestidas de blanco protestan en la calle y son maltratadas por hombres y mujeres, no puedo por menos que avergonzarme e indignarme", declaró en solidaridad con las Damas de blanco, el movimiento ciudadano compuesto por esposas y otros familiares de presos de los presos políticos en la nación caribeña.

Entre unas y otras declaraciones sobre la situación de Cuba pasó una década, y luego de las protestas civiles del 11-J, Pablo escribió un contudente texto en su página de Facebook en donde planteó sus serias disidencias con la dictadura cubana y la forma en que reprimía aquellas manifestaciones espontáneas: "Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que al final lo que hace es encarcelarlo". Y agregó: "Desde hace mucho tiempo, he venido expresando las injusticias y errores en la política y gobierno de mi país". Pensando así murió el gran músico, lejos de su Habana que tanto amó. 

La realidad es que el único consuelo que nos queda hoy tras la partida de Pablo Milanés, hace ya dos años, es todo el tiempo que nos quedan para seguir escuchando sus canciones...