Otro rostro desconocido del 11J: Yoandri Reinier Sayu, condenado a 8 años

En los últimos días ha comenzado a difundirse información sobre rostros casi desconocidos de las protestas populares del 11 de julio de 2021 que han sido sentenciados a prisión. Uno de ellos es el joven Yoandri Reinier Sayu Silva, condenado a ocho años de cárcel.

Según detalló el activista Marcel Valdés en su perfil de Facebook, el joven de 20 años es vecino del barrio La Güinera, uno de los epicentros de las manifestaciones de julio de 2021 en La Habana.

Sayu Silva fue detenido el 19 de julio, cuando apenas tenía 19 años, y trasladado a la estación policial del Capri. Allí fue golpeado brutalmente por agentes policiales del régimen.

Su juicio tuvo lugar en el Tribunal Municipal de Diez de Octubre en diciembre pasado junto a otros 32 manifestantes de La Güinera, con los que el régimen se ensañó por la masividad de las protestas en dicha zona.

Finalmente las autoridades lo condenaron a ocho años de prisión por los supuestos delitos de sedición, atentado y desórdenes públicos. Actualmente se encuentra cumpliendo su sentencia en la prisión Jóvenes de Occidente.

"Cargos inventados ya que este muchacho como todos los demás, solamente salieron pacíficamente a pedir libertad y cambio de sistema y fueron brutalmente reprimidos por las fuerzas represivas del régimen castrista", expresó Valdés.

Las protestas antigubernamentales del 11J tienen las cárceles cubanas abarrotadas de presos políticos.

Al cierre de octubre la organización Prisoners Defenders (PD) registró 1027 presos políticos en la isla, una cifra sin precedentes en las últimas décadas.

En su más reciente reporte, la ONG informó que el mes de noviembre del año pasado inició con 591 prisioneros políticos. Desde entonces hasta el 31 de octubre de 2022 otros 684 prisioneros políticos se han sumado a los 591 primeros, lo que arroja una cifra total de 1275 prisioneros políticos durante estos 12 meses.

Hasta la fecha solo han salido de prisión 247 presos políticos en este mismo período, siempre bajo fuertes amenazas y, en la mayor parte de los casos, por cumplimiento íntegro de las condenas.