EE.UU. exige nuevamente la libertad de los presos políticos cubanos

Brian Nichols, jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, lamentó nuevamente la muerte del preso político Luis Barrios Díaz y pidió al régimen cubano la excarcelación de las personas apresadas por motivos políticos en la isla.

“Una semana después de la trágica muerte del manifestante del #11J Luis Barrios Díaz durante su detención, la comunidad internacional debe seguir centrándose en el trato inhumano y las terribles condiciones que sufren los presos políticos cubanos. Hacemos un llamamiento al gobierno cubano para que libere a todos los presos políticos. #EncarceladoPorQué”, escribió en X, antes Twitter, el funcionario.

Ante la muerte del manifestante del 11J, el Departamento de Estado declaró a ADN Cuba su preocupación por la represión y las amenazas contra familiares de los presos políticos:

“Hacemos un llamado al gobierno de Cuba para que libere de inmediato a todos los presos políticos, brinde atención médica oportuna y adecuada a los presos y permita a los cubanos ejercer sus libertades fundamentales de expresión, reunión pacífica y asociación".

Respecto a la pregunta sobre si han hablado con el régimen cubano sobre este caso, la institución respondió que "los derechos humanos están al frente de nuestra política hacia Cuba y reiteramos lo que hemos dicho muchas veces en público y en privado al gobierno cubano: debe liberar a todos los presos políticos sin demora y respetar el derecho de sus ciudadanos a la libertad de expresión".

Barrios Díaz, de 37 años, falleció el 19 de noviembre en el hospital de La Covadonga, en La Habana, tras falta de atención médica, informó el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).

Barrios Díaz venía presentando problemas respiratorios desde agosto pasado, motivo por el cual había sido ingresado en la enfermería de la prisión 1580 de San Miguel del Padrón y después, trasladado a ese hospital para recibir atención especializada.

Los médicos de La Covadonga informaron a las autoridades del penal que era indispensable el ingreso hospitalario debido al mal estado de salud del reo. Sin embargo, los funcionarios decidieron devolverlo a la prisión, alegando que no tenían combustible "para garantizar una vigilancia permanente al prisionero político".

Según el OCDH, esta decisión provocó el empeoramiento de su estado de salud.

El recluso fue intervenido quirúrgicamente con urgencia el 18 de noviembre y falleció en terapia intensiva por complicaciones respiratorias. Había sido sentenciado a seis años de cárcel por protestar el 11J.