¿Quién agua la leche en Cuba? Campesinos culpan a la industria

Campesinos cienfuegueros culpan a la industria estatal de ser quien eche agua a la leche; una leche que por demás no llega en las mejores condiciones a la población beneficiaria, mayormente niños, ancianos encamados y personas enfermas
La leche de vaca en Cuba no satisface la demanda popular
 

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Desde hace varios años el gobierno cubano implementa la entrega de leche de vaca fluida a la población para tratar de satisfacer la demanda de quienes reciben ese servicio. Los beneficiados son principalmente personas con dietas debido a enfermedades como la diabetes, ancianos encamados y menores de edad, el grupo más numeroso.

Sin embargo, habría que destacar que este servicio no ha sido el mejor desde que comenzó a gestarse el plan. La demanda popular está muy por encima de los planes que la industria se traza para satisfacer al pueblo. Es por ello que los gobiernos municipales se han apoyado en campesinos productores de leche, a los que la industria le compra el producto.

Pero resulta que la calidad de este líquido alimenticio no es la mejor. “En muy mal estado llega esa leche aquí a la bodega”, cuenta Elvira Dueñas, vecina del municipio de Rodas. “Lo mismo te encuentras pelos de vaca en la leche que churre, porque las cantinas vienen destapadas o solamente con un nylon por encima”.

“A veces llega a tiempo, otras veces no, y muchas veces tenemos que venir y hacer la cola desde muy temprano en la madrugada, porque si no, no alcanzamos. Traen muy poca y las matazones son monstruosas”, dice a su vez Enidio.

El descontento en la población es grande debido a que la leche muchas veces, cuando llega a su destino y se hierve, se corta por el mal tratamiento y las pocas medidas de higiene que se tienen con el alimento.

“Casi todas las semanas yo tengo que botar cuatro o cinco litros de leche, porque llega ácida a la bodega, llega que no se puede tomar, debido quizás a que la traen en un carretón y es mucho el sol que coge desde que ordeñan a las vacas a las cinco y pico de la mañana”, explica Zulema a ADN Cuba.

“A esa leche es mucha el agua que le echan. Fíjate si es así que el pomo donde la envaso no se embarra de color blanco y con ella, en caso de que se te corte, que es casi siempre, no puedes hacer ni un dulce de leche debido a su mala calidad”. 

“Yo si estoy segura que la leche que llevan para los hoteles no es esta que nos dan a nosotros aquí. Y de esa leche se alimenta mi hijo que tiene cuatro años y mi mamá que está encamada, por lo que es una falta de respeto el descaro que tienen con nosotros”, comenta Aylín Meneses.

“Fíjate la mala calidad de la leche que nos venden a nosotros, que cuando yo la pongo a hervir me puedo ir para la calle y dejarla en el fogón, que ella no se bota debido a la cantidad de agua que le echan. Y me pregunto, ¿dónde es el problema, en la industria que es estatal o ya viene con problema desde los campesinos?”

Andrés es uno de los proveedores de leche en el municipio de Rodas, Cienfuegos, y según él “la vaca siempre da leche buena y te aseguro que el agua que le echan no se la echamos los campesinos, sino la industria”.

El proceso de acopio de la leche transita por un inadecuado sistema de comercialización debido a la demora en la recogida del líquido, las tradiciones incorrectas a la hora de ordeñar a la vaca, la falta de recursos, ya sea en el campo o en la industria, entre otros muchos factores.

“Ahora los campesinos le venden la leche a la industria y ella se encarga de distribuirla por los puntos de venta. Lo que me llama la atención es cómo esa leche llega con tan mala calidad si viene de la industria, adonde se supone que debe llegar con calidad óptima”.

“Es verdad ese dicho que dice que al lechero no lo mataron por echarle agua a la leche, sino por decirlo. Por eso yo creo que el lechero cubano será inmortal”, espeta Andrés.

 

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