El caranganín: nuevo agente de la CIA

Ramón Fernández-Larrea revela el misterio de la plaga que afecta al centro de Cuba: otra patraña del imperialismo contra nuestro pueblo revolucionario.
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La guerra contra la indefensa y luminosa isla de Cuba no se detiene. Cada paso que dan sus dirigentes para conseguir la felicidad del sufrido pueblo, recibe un traspiés de sus enemigos, declarados u ocultos. Desde aquella vez que el comandante quiso desecar la Ciénaga de Zapata para sembrar algo y la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) hizo labor de zapa para poner en contra a los cocodrilos (como si los cocodrilos no pudieran vivir en otra parte), ningún plan gubernamental llega a puerto seguro por los tejemanejes del imperio.

Ahora viene a sumarse un nuevo enemigo. Uno pequeñito y prácticamente desconocido: el caranganín, otro engendro de la CIA, ha comenzado a azotar en el centro de la isla, pensando que tal vez la región podría estar relajada. Pero la población, esos hombres y mujeres revolucionarios de la zona lo han detectado de inmediato y han comenzado a rascarse desde la primera picada, de manera que el enemigo perdió el valioso factor sorpresa.

Así que, al dengue, el zika, el chikungunya, la sarna y el covid-19, viene a sumarse esta plaga que amenaza con desbordarse por toda la geografía nacional. El periódico Escambray reseña este desconocido agente extranjero: “un molesto insecto apareció en territorio espirituano desde hace meses. Algunos lo llaman el jején de la costa, otros afirman que llegó con el polvo del desierto y hay quien lo denomina la pulga del búfalo; pero el caso es que en varios sitios de la provincia se reporta la presencia del minúsculo bichito, que pica casi sin que la víctima pueda visualizarlo”.

Y es difícil visualizarlo porque está diseñado precisamente para que los ojos no lo detecten. Los científicos afirman que el caranganín vive oculto en los diminutos testículos del pthirus pubis, la vulgar ladilla. De manera que el novísimo enemigo ni siquiera da la cara, ataca así sin más, y su objetivo es acrecentar el malestar de la población de la zona. Sigue diciendo el diario provincial lo siguiente: “se han recibido reportes de la plaga en los municipios de Jatibonico, Taguasco, una parte de Cabaiguán, así como en la zona norte y sur de la ciudad de Sancti Spíritus. Se trabaja en todo lo que tiene que ver con el origen y la clasificación taxonómica, para determinar a qué especie pertenece”.

Pero todos sabemos el origen: los laboratorios del enemigo, que no descansan, intentando doblegar a un pueblo heroico, desconociendo que el pueblo cubano, victorioso en mil batallas, sabe rascarse hasta sacarse sangre sin emitir una sola queja. También hay que decir que nadie sabe dónde quejarse, y es muy usual que los que se quejan sean mirados con sospecha.

Una lectora, de nombre Caridad, a la que preferimos mantener en el anonimato, ha escrito en el diario lo siguiente: “En Guayos está muy persistente, ya llevamos casi un año con esta plaga; está ocasionando una dermatitis por las picadas parecidas a la sarna, hay ocasiones en que se queda clavado en la picada (…) resulta difícil conseguir cremas, anti alérgicos o repelentes para enfrentar estas picadas, es una plaga preocupante ya que al atardecer y en las mañanas hay que permanecer con las casas cerradas pues en verdad no dejan ni cocinar a una”.

Y esos son los objetivos del enemigo imperialista, enervar a la población más humilde e incluso impedir que cocine. Todavía no se han pronunciado las autoridades sanitarias, pero como en Cuba todo se sabe (menos el sitio al que acudió Fidel cuando llegó tarde al asalto al cuartel Moncada), un empleado del Centro Provincial de Vectores de Sancti Spíritus, asegura que, aunque hasta el momento no se ha determinado ningún tipo de interés epidemiológico como vector transmisor de enfermedades, lo cierto es que el insecto está ocasionando una gran molestia”.

Eso lo han dicho para no alarmar a la población trabajadora. No lo callan, sino que lo estudian antes de tomar alguna medida que derrote esta y cualquier plaga que el imperio intente introducir en nuestra patria. Lograron destruir los centrales azucareros y obligar a Cuba a importar azúcar. Contaminaron los mares, pero la dirigencia de la revolución actuó rápido y consecuentemente, y la población recibió “pollo por pescado”. Ahora quieren que el pueblo se rasque y se desespere, mas la población revolucionaria tiene uñas para hacerlo, y al que no tenga uñas se le asignará un compañero combatiente que le rasque.

El Ministerio del Interior, siempre alerta, ya ha capturado varios ejemplares del caranganín y a unos cuantos cómplices. Han sido grabadas conversaciones de estos con otros vectores igualmente dañinos, agentes extranjeros entrenados por la CIA. Es interesante otra nota que publica la prensa nacional: “el insecto que provoca las picaduras se ha hecho notar desde hace meses, y los espirituanos lo asocian a la más reciente nube de polvo del Sahara que afectó al territorio cubano. En cambio, otros aseguran que se trata de jejenes, diminutos insectos voladores que se alimentan de sangre de humanos y animales y suelen vivir cerca de las costas bajas y marismas. Por ello, no se sabe cómo pudieron aparecer en Sancti Spíritus, ubicada a casi cien kilómetros de las costas sur y norte”.

Es sabido desde los primeros años que la CIA y los gobiernos yankis no escatiman gastos con tal de lograr desestabilizar a la gloriosa revolución que Cuba ha hecho a 90 millas de sus costas. Y es esa cercanía la que les permite operar, en ocasiones con impunidad, y gracias a la cual la familia del norte puede recargarle los teléfonos a la familia de la isla.

Otro lector revolucionario dejó su nota aclaratoria en el periódico: “Voy a empezar con el pie derecho para que me publiquen. Este bicho existe en todo SSP, en la ciudad, desde las cinco de la tarde hasta que oscurece y al amanecer hasta que sale el sol. Es más chico que el jején y de dos colores: colorado y cenizo negro. Cuando pican es igual a la santanica. Por lo que demora la molestia y la roncha. Creo que no hay que ser muy estudiado en el tema para atrapar a varios de ellos: están a unos 20 centímetros de suelo. Existen en todos los barrios y si las calles están malas hay muchos más. Quien no lo sabe es porque vive en alto o se mete el día en carros y reuniones y no lo molestan los bichitos. Lo que llama la atención es lo pequeño que es para su gigante picadura”.

El enemigo crea gérmenes, sustancias nocivas e insectos con el ADN modificado, pero los aguerridos combatientes de las FAR y el MININT sabrán derrotarlos. Aunque haya que estar aplaudiendo desde la mañana hasta que se ponga el sol, esos insectos colorados o cenizos negros, van a conocer la fuerza, el ímpetu y la habilidad para rascarse que ha adquirido nuestro pueblo después de la última epidemia de sarna.

No importa que los ataques del enemigo vengan camuflados, confundiéndose con las nubes de polvo del Sahara. El pueblo cubano sabrá vencer también al Sahara, y utilizará la arena para construir nuevas playas a las que acuda el turismo extranjero con las tan necesarias divisas, aunque ahora mismo nadie divise al caranganín, ese nuevo enemigo del socialismo.

Escrito por Ramón Fernández Larrea

Ramón Fernández-Larrea (Bayamo, Cuba,1958) es guionista de radio y televisión. Ha publicado, entre otros, los poemarios: El pasado del cielo, Poemas para ponerse en la cabeza, Manual de pasión, El libro de las instrucciones, El libro de los salmos feroces, Terneros que nunca mueran de rodillas, Cantar del tigre ciego, Yo no bailo con Juana y Todos los cielos del cielo, con el que obtuvo en 2014 el premio internacional Gastón Baquero. Ha sido guionista de los programas de televisión Seguro Que Yes y Esta Noche Tu Night, conducidos por Alexis Valdés en la televisión hispana de Miami.

 

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