"Ya Moa se despertó": vecinos del municipio atestiguan la miseria y el enojo

No hay "nada", así dijo a ADN Cuba un vecino del lugar. Antes de la manifestación, hacía dos meses que no entraba ni un jabón a Moa
 

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“Moa, tierra olvidada”, así comienza un largo post que publicó en Facebook un habitante de ese municipio holguinero, Fernando Ramos, para protestar por la miseria que vive ese territorio oriental, según fuentes consultadas por ADN Cuba.

El post nadie lo encontrará en la red social, porque luego de las protestas en Moa, que llamaron la atención de medios independientes y el gobierno, Ramos fue obligado a borrar su comentario. Pero en él se decían muchas cosas que explican por qué los lugareños están cansados y salieron a las calles en son de protesta.

Por suerte para los lectores, ADN Cuba rescató el comentario de Ramos, pues ya va siendo hábito que los vigías del régimen obliguen a eliminar estas expresiones de disgusto.

Por ejemplo, en el municipio, desde el año 2013 hasta el 2019, 15 mil 421 personas se fueron buscando mejoras en sus vidas, un poco más de dos mil como promedio anual, según el Anuario Estadístico (ONEI). 

“Cuando leí estos datos no pude dejar de preguntarme: ¿cómo un lugar que siempre fue receptor de migrantes invierte el proceso tan aceleradamente? Todas estas interrogantes me llevaron a la misma conclusión: Moa está abandonada”, aseguró Ramos. 

Las opciones alimenticias son pésimas. Moa no es zona agrícola, por lo que depende de las viandas y hortalizas de los municipios vecinos y si no permiten la entrada de camiones con estos productos, nuestras opciones son bien pocas. 

La gastronomía debe estar entre las peores del país. “Cuando uno sale del territorio y aprecia la variedad de opciones que tienen otros municipios, recuerdas que en el tuyo lo que hay es ron y cigarros y ninguna oferta que se mantenga con una mínima frecuencia. La gastronomía en moneda nacional es irrisoria y la de CUC no existe”.

Vecinos entrevistados por nuestros reporteros allí señalan que las calles están en mal estado, o sencillamente desaparecieron entre yerba y maleza. Muchas no se asfaltan desde hace décadas.

“Somos unos de los lugares con mayores reservas de agua de Cuba y es preocupante que por las frecuentes roturas, los ciclos de este vital líquido se extienden en ocasiones hasta por 10 días”, se lamentaba Ramos en su post censurado. 

“Un Aeropuerto que daba viajes comerciales a La Habana y hasta el vecino Baracoa, ya no presta esos servicios. El policlínico de Las Coloradas antes de ser reparado funcionaba las 24 horas, después de que se invirtiera una buena suma de dinero solo trabaja hasta las 5:00 pm y los domingos no trabaja”.

Varios entrevistados por ADN Cuba confirmaron muchos de estos datos. Uno recordó que Moa llevaba dos meses sin recibir “nada” —así dijo—, ni alimentos ni aseo, cuando comenzó la protesta. Las colas estaban activas desde esa fecha, rectificándose día tras día.


El ánimo de la vecindad estaba caldeado, cuando un día antes de comenzar las protestas, el 12 de junio, llegó un camión con productos para una tienda del lugar y los lugareños, cansados de esperar, exigieron que se vendiera la mercancía al instante.

Las autoridades dijeron que lo harían al día siguiente, y entonces comenzó todo. Es innecesario contar la historia ya sabida de la marcha que protagonizaron los de Moa ante la sede del gobierno local.

Una de nuestras entrevistadas dijo que allí gritaron una consigna oficial, “cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla”, aquella que pronunció Fidel Castro en su discurso por el atentado de Barbados. Claro está, en Moa tuvo menos tintes patrióticos y sí un claro sentido de protesta antigubernamental.

A una de las manifestantes se la llevaron a la estación de policía y la multitud persiguió a los oficiales hasta allí y, lo que es más llamativo, los obligó a soltarla, pues amenazaron con continuar la protesta frente a la unidad si no lo hacían.

Era una pobre mujer atormentada por la pobreza, que llevaba semanas haciendo filas para conseguir algo de aseo y comida y que, aseguran las fuentes, tenía muchas razones para estar disgustada.

A todas estas hoy Moa puede gozar de un respiro, pues el régimen envió camiones con comida, aseo personal y productos de limpieza. “Hasta malta están vendiendo”, dijo a ADN Cuba una señora mayor, en recordación de esa bebida casi extinta en Cuba.

Todo con el objetivo de mantener al pueblo contento. Pero según esta misma persona “ya Moa se despertó”, y ahora será más difícil mantenerla en la sumisión sin darle nada a cambio.

 

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