Frei Betto asegura que “en Cuba no hay hambre” y cubanos le responden en redes

Para el fraile brasileño, defensor constante del régimen, uno de los problemas con la alimentación en Cuba radica en el apetito de los cubanos y su gusto por la carne y el trigo
Frei Betto: “en Cuba no hay hambre"
 

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El fraile dominico brasileño Frei Betto, en una muestra más de su defensa a ultranza del régimen cubano, aseguró recientemente que “en Cuba no hay hambre”, sino que los nativos de la isla “tienen mucho apetito”.

Betto lanzó tales aseveraciones en un artículo publicado el 24 de diciembre en el diario oficialista Granma, donde afirmó que la situación alimentaria de la isla se ve afectada, sobre todo, “por el bloqueo injustamente impuesto al país desde hace ya seis décadas por el Gobierno de Estados Unidos”.

“En Cuba no hay hambre. ¡Pero los cubanos tienen mucho apetito! El gobierno gasta más de 2.000 millones de dólares al año para importar alimentos, incluso de Brasil, al que le compra, entre otras cosas, arroz y pollo”, escribió el religioso.

Según agregó, además de por el embargo estadounidense, la situación alimentaria de Cuba es impactada por “las catástrofes climáticas que azotan periódicamente al país” y por el hecho de que éste se vea “obligado a importar petróleo para producir energía”.

Betto no abordó en ningún momento las limitaciones que el sistema político y el ordenamiento socioeconómico vigentes en Cuba imponen a la producción agropecuaria.

Desde su punto de vista, que la escasez de alimentos habitual de la isla sea más notoria, con enormes colas, un profundo desabastecimiento y una abrumadora alza de precios, se debe a una “estrangulación de la frágil economía cubana” propiciada por la inclusión del país en la lista estadounidense de Estados patrocinadores del terrorismo, la pandemia de coronavirus y el hecho de que el presidente Joe Biden no haya revocado las 243 medidas adoptadas por su predecesor para reforzar el embargo.

Betto funge como asesor del gobierno cubano para el programa de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, que cuenta con el apoyo de la FAO, Oxfam y la Unión Europea.

Lanzado en febrero de 2020, el programa lleva el nombre de Plan SAN y busca reducir la importación de alimentos, incrementar su producción local y “realizar una amplia campaña de educación nutricional”.

Según Betto, “el cubano posee hábitos alimentarios que pueden perfectamente cambiarse, como la preferencia por el pan de trigo, un cereal importado”.

“Cuba produce mucha yuca y tiene condiciones para adoptar también el pan de maíz y de harina de coco. Y la carne puede cederle un lugar mayor al consumo de frijoles, lentejas, espinaca, maní, soya y aguacate, ricos en proteínas”, observó el fraile, a la vez que ponderó que, ante la insuficiencia del ganado lechero existente en la isla, “las nuevas generaciones ya se acostumbran a la leche y el yogurt de soya”.

Las observaciones de Betto sobre la situación alimentaria de Cuba no pasaron desapercibidas para internautas cubanos, que acusan superficialidad y servilismo al régimen en el análisis del religioso.

“Cualquier persona que haya visitado otro país del mundo puede comprobar la escasez extrema de alimentos que existe en Cuba, donde la cuadra con más cafeterías de La Habana no compite con una esquina promedio de cualquier ciudad, ni el mercado de 19 y B puede pararse al lado en calidad y cantidad a cualquier puesto de barrio”, escribió en Facebook el periodista y académico cubano José Raúl Gallego.

“Este escrito es una falta de respeto de parte de alguien que no ha dudado nunca para estar al lado de la dictadura, que la religión y el amor al prójimo se le pierden cuando se trata de violaciones de derechos en nuestro país, que en cada salida de Cuba se va con los bolsillos bien llenos de dólares de las dietas y viáticos para su estancia en la Isla que le dan ‘Made In Comité Central’”, agregó.

El científico Amílcar Pérez Riverol acusó a Betto de faltar el respeto a los cubanos, desconociendo la realidad de la isla.

“Yo podría escribir que en Brasil no hay violencia, pero los brasileños quieren demasiada seguridad. ¡Quieren vivir demasiado! Que en Brasil no hay pobres, pero los brasileños son muy ambiciosos. ¡Quieren demasiadas posesiones! Sucede que yo respeto mucho más a los brasileños que Frei Betto a los cubanos”, escribió Pérez Riverol en Facebook.

El antropólogo Roberto Garcés Marrero consideró que las afirmaciones de Betto no son más que una burda justificación para lavar la cara de la dictadura, y una muestra de la falta de empatía del brasileño con el verdadero pueblo cubano. 

“Eres el ejemplo de todo lo que no debe ser un intelectual cristiano”, sentenció en Twitter dirigiéndose al fraile, que en ocasiones anteriores ha intentado deslegitimar las manifestaciones populares contra el régimen, acusándolas de ser “conspiraciones financiadas y orquestadas por el gobierno yanqui”.

La activista cubana Anamely Ramos afirmó en Twitter que el artículo en su totalidad es “una vergüenza”, así como vergonzosa es la complicidad con el régimen cubano de la Unión Europea, financista del Plan SAN publicitado y asesorado por Betto.

Una iniciativa que, a juzgar por lo escrito por el brasileño, ve más problemas en el apetito de los cubanos que en las políticas fallidas e insuficientes de las autoridades.

 

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