Cuba reporta 9548 nuevos casos de COVID-19 y otras 63 muertes

Entre los fallecidos hubo una embarazada de 20 años, residente en la provincia de Holguín. Mil 828 de los nuevos positivos son pacientes en edades pediátricas (menos de 18 años), entre ellos 139 menores de un año
Cuba reporta 9548 nuevos casos de COVID-19 y otras 63 muertes
 

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Las autoridades sanitarias de Cuba reportaron este domingo 9548 nuevos casos de COVID-19 y el fallecimiento de otras 63 personas como consecuencia de la enfermedad, que registra su peor rebrote en la isla desde noviembre pasado, cuando el régimen reabrió las fronteras al turismo internacional.

El director nacional de Higiene y Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap), Francisco Durán, detalló en su habitual conferencia matutina para informar sobre la propagación de la pandemia de coronavirus que entre los fallecidos hubo una embarazada de 20 años, residente en la provincia de Holguín.

De acuerdo con los datos compartidos por Durán, puestos en entredicho en varias ocasiones sobre todo en lo que a muertes se refiere, 107 749 personas permanecen ingresadas con motivo de la enfermedad viral. De éstas, 48 487 son casos confirmados y activos y 54 750 son sospechosas de un eventual contagio.

Con los nuevos incrementos, el acumulado de casos de coronavirus en Cuba desde el inicio de la pandemia asciende a 583 299, mientras que las muertes suman 4544.

De los nuevos positivos, 28 fueron casos importados, es decir, contagios materializados en el exterior de la isla, mientras que el resto fueron casos derivados de eventos de transmisión autóctona.

Cienfuegos volvió a ser el territorio de peor situación epidemiológica con 1664 casos. Este sábado le sucedieron las provincias Pinar del Río, La Habana y Holguín, con 1145, 943 y 762 positivos, respectivamente.

En los servicios de cuidados intensivos permanecen ingresadas 505 personas: 130 son reportadas en estado crítico y 375 como graves.

Los positivos en edades pediátricas, menos de 18 años, sumaron 1828. De ellos, precisó Durán, 139 son menores de un año.

Régimen justifica carencia de oxígeno con el embargo

Cuba sufre de carencia de oxígeno y otros insumos médicos, lo cual ha impactado en el número de muertes reconocidas oficialmente por la pandemia y en un incremento de la demanda de servicios funerarios y necrológicos.

El oficialismo cubano culpó en un reportaje reciente al embargo estadounidense de la carencia de oxígeno medicinal en la isla, donde persisten los reportes de ciudadanos que lo necesitan para superar el coronavirus.

Según el video, la empresa Gases, productora de gases industriales y medicinales, ha visto su desarrollo afectado por las limitaciones del embargo.

“Los tanques criogénicos, que fueron importados para gases industriales desde Turquía, durante la travesía se detectó por parte de las autoridades que eran propiedad de Estados Unidos. Tuvieron que hacer una escala en España para cambiar los contenedores porque esto propiciaría una sanción a la naviera que los transportaba”, dijo Rodolfo López Padrón, director general de Quimimpex.

A su vez, Yamilet Fuentes Pardiñas, directora general de Gases Industriales, afirmó que “si no tuviéramos bloqueo, primero estaríamos logrando un incremento de las capacidades de almacenamiento de oxígeno superiores a las actuales y lograríamos una eficiencia superior en nuestras plantas de oxígeno, fundamentalmente en Santiago de Cuba”.

En medio de la crisis sanitaria que vive Cuba, el gobierno chino donó 150 concentradores de oxígeno para uso médico, los cuales fueron destinados a la provincia de Cienfuegos.

También a ese territorio llegaron concentradores de oxígeno procedentes de México. La situación epidemiológica en esa provincia del centro cubano es compleja, con más de mil casos diarios en las últimas jornadas.

La alta demanda de oxigenoterapia en los hospitales cubanos es una realidad que la dictadura no ha podido ocultar. Desde inicios de agosto, médicos que laboraban en la Zona Roja pidieron ayuda al respecto, pero el gobierno no los escuchó hasta que el problema estalló y fue una realidad abrumadora que tanto el ministro de Salud como el presidente del régimen debieron reconocer.

 

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