Anciano de 83 años se suicida tras recibir una multa de 4000 pesos

Ángel Pacheco Soublet, excombatiente de Angola, vendía frutas para mantener a su esposa postrada y ayudar a su hija. Recibía una pensión de 1500 pesos mensuales.
Ángel Pacheco Soublet
 

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Ángel Pacheco Soublet, un excombatiente de Angola de 83 años, se suicidó en la ciudad de Las Tunas, al oriente de Cuba, tras recibir una multa de 4000 pesos y no tener cómo pagar la sanción.

Pacheco, con una pensión de 1500 pesos mensuales, vendía frutas y vegetales para ayudar a mantener a su esposa, quien permanece postrada en una cama, y a su hija, que cuida de su madre enferma.

El anciano guardaba como un tesoro personal condecoraciones y un reconocimiento certificado por el difunto dictador Fidel Castro que reconocía su participación “en la heroica misión internacionalista por la liberación, la independencia y la integridad del hermano pueblo de Angola”.

“Es injusto lo que hicieron a ese pobre viejo”, dijo la hija de Pacheco a una vecina que dio a conocer el caso y se identifica en redes sociales como Mari Rio Chico.

“¡Qué tristeza cuando pierdes a un vecino que te vio crecer! ¡Qué tristeza que por culpa de personas extremistas pasen estas cosas! ¡Esta noticia la recibí en la mañana y me duele no poder estar ahí para darle un abrazo a mi amiga Yuliet o a mi vecina Sandra”, lamentó en Facebook una exvecina de la zona residente en el extranjero.

“Un combatiente de la revolución, medallas, condecoraciones, demostrando que de reconocimientos no se vive”, expuso Dianella Margarita Espinosa Peña. “Muchos como él fueron a luchar a cambio de nada”, agregó.

En los últimos años las redes sociales han dado visibilidad a una creciente cifra de ancianos cubanos que subsisten en la isla en situaciones de extrema vulnerabilidad.

En marzo, ADN Cuba divulgó el caso de Melquiades Matos, conocido como “Blanco”, un combatiente y ex auxiliar de la policía que vive en pésimas condiciones en el municipio Maisí, provincia Guantánamo.

Matos, de 79 años, se alistó como combatiente desde 1959, con el triunfo de la Revolución. En los años 60 participó en la captura de los “alzados” —personas contrarias al nuevo régimen— e incluso vio morir a dos de ellos.

La casa donde reside Matos desde hace 16 años está inhabitable. El techo es improvisado con unas tablas de madera, por donde entra el agua constantemente. “La casa está desbaratada. Me alimento como puedo”, declaró.

 

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